“El PP sólo retrasó lo inevitable; las corridas de toros desaparecerán de Galicia”
El PP votó unánimemente el pasado martes contra la proposición de ley presentada por el BNG para prohibir las corridas de toros mediante la eliminación de la excepción normativa que este espectáculo recibe en la Ley de Protección de los Animales y que fue apoyada también por AGE y PSdeG. Acabó así el grupo popular con la primera posibilidad real de acabar con las corridas en Galicia, echando por tierra una iniciativa del Bloque que lleva el sello de Galicia Mellor Sen Touradas y de su portavoz, Rubén Pérez, que lleva años luchando por suprimir esta “crueldad y tortura” con los animales en el país. No fue esta vez, pero dice estar convencido de que será enseguida. Antes de lo que muchos esperan.
¿Cómo le sentó la votación en el Parlamento sobre la propuesta del BNG para abolir las corridas de toros en Galicia?
El sentido final de la votación no refleja el sentir de la ciudadanía gallega, que mayoritariamente se manifestó en contra de las corridas y de las subvenciones para estos espectáculos. También hay que destacar que de los 72 diputados presentes, 32 apoyaron la toma en consideración de la propuesta y eso es muy significativo toda vez que fue la primera vez que este tema se trató en el Parlamento. No lo consideramos una derrota, ya que la debilidad de los argumentos del PP a favor de las corridas de toros y la falta de contundencia a la hora de defenderlas demuestra que esto no tiene vuelta atrás. Lo único que hace el Partido Popular es retrasar lo inevitable: el fin de las corridas en el territorio gallego. No hay ni afición ni interés y tienen un respirador artificial, que es el dinero público.
¿Es el dinero público lo que permite que siga habiendo corridas en Galicia?
Sin subvenciones públicas ya no tendrían lugar. Tenemos muchísimos ejemplos y recordemos que en A Coruña la mitad del público asistente entra gratis a través de diferentes invitaciones. En Sarria, incluso concejales del PP repartieron por la villa las invitaciones, y en Pontevedra la Diputación invierte en publicidad y subvenciona los festejos. En Galicia no hay afición ni demanda social por esta actividad. Aunque hubiera, siendo un espectáculo de tortura y crueldad con los animales, tampoco tiene mucho sentido que se siga realizando en el siglo XXI.
La creación del Frente Antitaurino fue clave...
Estamos muy satisfechos por el buen funcionamiento del Frente Antitaurino creado en el pasado mes de febrero. La mayoría de los diputados que votaron a favor de la iniciativa pertenecían a este colectivo, lo que demuestra que se pueden articular iniciativas en el campo político para una reivindicación para la abolición de las corridas.
¿Es sincera la votación de los diputados del PP?
Era evidente que el PP iba a votar en contra y en bloque contra la iniciativa, aunque ellos habían dicho que había cierta libertad de voto en su grupo. No creemos que hubiera esa libertad porque dentro del grupo popular hay personas que rechazan las corridas y votaron lo mismo que sus compañeros. Igual si hubieran votado distinto no aparecerían nunca más en una lista electoral o, como mínimo, recibirían una reprimenda de los pesos fuertes del PP, que sí apoyan la tauromaquia. A pesar de todo, el apoyo de PSdeG, AGE y BNG supuso también que se intensificara el debate sobre este tema en la ciudadanía, en la sociedad y en los medios de comunicación. Ese era también uno de los objetivos.
¿Cuajó el debate en la sociedad?
El debate ya está cuajando. También en las ciudades o villas donde perviven las corridas, donde cada vez hay más debate sobre esta práctica. El debate en el Parlamento también fue una manera de comprobar la posición de cada uno de los grupos y el resultado fue muy positivo porque la iniciativa tan sólo perdió por ocho votos, lo que no es habitual. De debatirse en A Coruña, la diferencia de votos también sería muy pequeña, al igual que en otras localidades donde se celebran festejos taurinos.
Los argumentos del PP coincidieron con los que suele dar siempre en este debate, independientemente de donde se realice...
Es un guión marcado por los grupos de presión protaurinos, muchas veces repetido y asumido por el PP. El hecho de defender la raza del toro de lidia, que no es una raza, o las dehesas, que no existen en Galicia, demuestra que ellos mismos estaban desubicados. No saben que argumentos escoger para defender una actividad que no tiene apoyo en el territorio gallego. Les quedó una intervención bastante pobre, pero para ellos era un papel complicado porque entiendo que el PPdeG recibe órdenes desde Madrid. Si no, sociológicamente es imposible que todo el grupo parlamentario del PP apoye las corridas. Si un 85% de la ciudadanía gallega, según las últimas encuestas, rechaza los festejos, es de suponer que un porcentaje importante es votante del Partido Popular.
¿Cree que la abolición de las corridas en Galicia es algo inevitable?
A lo mejor no a corto plazo, pero sí a medio o largo plazo. Es perfectamente factible. Puede venir por la propia aritmética de la representación política en los ayuntamientos, donde puede haber cambios importantes en aquellas villas donde el PP subsidia las corridas, por un cambio político en Galicia, pero sobre todo por el descenso en la asistencia a estos espectáculos. Llegará a ser insostenible organizar corridas, por ejemplo en A Coruña, donde buena parte de los asistentes entran gratis, y eso no le interesa ni al empresario ni al propio Ayuntamiento. Además, la última encuesta del Ministerio del Cultura dice que sólo el 0,8% de los gallegos asiste anualmente a las corridas, unas 20.000 personas. Es algo insostenible, más cuando las generaciones más jóvenes están cada vez más en contra de la tauromaquia y de sus subvenciones.
No habiendo en Galicia afición a los toros, ¿a qué se debe el empeño del PP en mantenerlos? ¿Es una estrategia política?
No creo que sea una estrategia política porque el impacto electoral o social de la gente que apoya las corridas en Galicia es mínimo. Creo que hay aspectos ideológicos. El BNG tiene cierta razón cuando dice que se intentan promover cuestiones ideológicas alrededor de la tauromaquia, porque si no sería imposible de entender que en A Coruña o en Pontevedra alguien se vista de andaluz o chulapo para acudir a las corridas. Además, hay clubes o sociedades muy tradicionales y antiguas que reciben descuentos en los abonos para ir a los toros y ciertos sectores de la derecha, pero también de la ultraderecha, que defienden las corridas. Ven los toros como una fiesta nacional, como un elemento vertebrador, cuando en realidad disgrega, y no sólo en las nacionalidades históricas, sino en más comunidades. Canarias abolió las corridas en 1991 con el apoyo del PP y cada vez en más autonomías hay movimientos organizados contra la tauromaquia que cuentan con un apoyo político claro.