La Xunta normaliza que la asistencia sanitaria en verano dependa de los médicos voluntarios y de los que están todavía en su etapa formativa. En los próximos meses va a repetir la estrategia del año pasado. El anuncio lo hizo el conselleiro de Presidencia, Diego Calvo, que fue el encargado de presidir el Consello de la Xunta debido a que Alfonso Rueda se encontraba en un acto institucional en Portugal. “El año pasado funcionó y esperemos que este año funcione”, dijo.
El plan consiste en recurrir a una bolsa de personal voluntario para hacer guardias en los PAC -los puntos de atención continuada, que son las urgencias extrahospitalarias-. Ahí están anotados, indicó Calvo, 149 profesionales. El Servizo Galego de Saúde (Sergas) va a echar mano también de los médicos del 061 para las guardias en urgencia. La Xunta repite la medida de trasladar de forma temporal a centros de salud que no son los suyos a médicos de atención primaria para reforzar los que habitualmente tienen más falta de personal en el periodo de vacaciones. Y valida otra vez una de las medidas más cuestionadas por las propias organizaciones de médicos: que los MIR -médicos internos residentes, es decir, todavía en formación- de cuarto año pasen consulta en pediatría y en medicina familiar con supervisión.
Calvo expuso que se destinarán a este plan para el verano 12,1 millones de euros. Y defendió que las medidas logran paliar la falta de profesionales que se repite cada año en el periodo estival coincidiendo con las vacaciones de los sanitarios y el aumento de población sobre todo en zonas de costa, que redobla la demanda de atención sanitaria. Lo que no concretó el conselleiro fue cuántas plazas se van a cubrir con estas iniciativas. Los datos concretos, respondió, se darán más adelante.