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Tú a Harvard, y yo también: dos 'startups' españolas se van a 'hacer las Ámericas'

Dos 'startups' españolas, listas para aterrizar en Harvard

Laura Piñero

A priori lo único que tienen en común una cooperativa de vehículos sostenibles altamente eficientes y una web de instalación de 'apps' líder en el mercado hispanohablante es que tienen sede en Málaga y que están preparando la maleta para viajar en octubre a Boston, donde se alojarán en una residencia para emprendedores, compartirán espacio con otras ‘startups’, recibirán formación de alto nivel y podrán contactar con inversores de la zona durante los tres meses que dura la beca otorgada por la entidad de emprendimiento Promálaga. Pero, como ellos mismos destacan, comparten algo esencial: el viaje a Harvard determinará la evolución de sus proyectos, cada uno con unas necesidades concretas y en un punto de desarrollo distinto.

El primer proyecto, Evovelo, seguramente no te va sonar de nada. Sólo tiene un año de vida y está formado por cinco personas con perfiles muy diferentes: tres burgaleses, un gaditano y un inglés que desde Andalucía han unido esfuerzos con la obsesión de crear un vehículo sostenible distinto a los existentes en el mercado, una híbrido entre bicicleta y automóvil “que corrige los inconvenientes de uno y otro”, explica su director y fundador Gonzalo Chomón, 44 años, de Burgos e ingeniero industrial.

El coche-bici sostenible

Él fue el que precisamente inició esta aventura empresarial después de que su negocio anterior quebrara por culpa de la crisis. “Fabricábamos baterías de litio que vendíamos a universidades y centros de investigación. Éramos de los pocos que lo hacían en aquel momento”. Con la llegada de los recortes, la empresa se fue a pique. A pesar de este fracaso, seguía convencido de que el mercado de este tipo de baterías - de gran capacidad, poco peso y más caras que las de plomo o níquel - “tenía futuro y sólo había que buscar un buen lugar para aplicarlo”. Tenía claro que no quería trabajar para otros y la bombilla no tardó en encenderse con un proyecto original comprometido con el medio ambiente.

“El problema de la contaminación cada vez preocupa más a la sociedad y llegué a la conclusión de que los coches actuales mueven más chatarra que personas y que había que buscar en eficiencia en esa movilidad”, asegura con la mirada puesta en la Cumbre del Clima de la ONU de esta semana en Nueva York.

Así que ha ideado junto a su equipo un automóvil con esas baterías de litio pero principalmente con materiales sostenibles que hacen que el peso del coche sea más bajo - entre 60 y 80 kilos - y, por tanto, no necesite tanta energía para moverlo. “Al menos el 75% de los materiales pueden proceder de la madera en lugar del petróleo, a cambio conseguimos una eficiencia del 90%”, recalca.

El vehículo de tamaño reducido - 2m largo/1.5m ancho/1.3m alto - tiene capacidad para dos personas más espacio para dos sillas de niños. Será eléctrico y también contará con una placa solar. “Tendrá pedales igual que una bici eléctrica y el usuario podrá elegir si lo mueve manualmente o no y hacer un poco de ejercicio”. “Su eficiencia te permite recorrer entre 40 y 80 kilómetros dependiendo de la batería, que además es extraíble y permite la carga en cualquier lugar”, explica el ingeniero. “Este vehículo está diseñado para zonas urbanas y desplazamientos cortos, ”como ir al trabajo o llevar los niños al colegio“.

La diferencia con los coches eléctricos disponibles en el mercado está en dicha eficiencia. Al pesar menos, necesita menos energía para moverse. “No tiene aire acondicionado para reducir peso pero es más cómodo y barato que un coche, y mejor que una bici porque no te mojas si llueve o nieva, también más seguro al cubrirte su particular estructura”.

Para llevarlo no hará falta carnet de conducir. Eso sí, “no es un coche para los que les guste la velocidad”. El motor eléctrico alcanza una máxima de 50-55 kilómetros por hora que puede variar según la fuerza del pedaleo y de las normas de circulación de cada país.

Su precio no superará los 5.000 euros, un precio económico acorde con su filosofía empresarial, son una cooperativa social también en busca del paso definitivo hacia una economía verde.

Las alas americanas

El coche de Evovelo aún es sólo papel. El siguiente paso es la construcción de un prototipo que esperan poder avanzar en Harvard. “Allí hay empresas que están trabajando en vehículos de alta eficiencia y queremos ver si gusta el nuestro”.

En este punto es donde su camino se junta con el de Uptodown, aunque la empresa de 'software' se encuentra en pleno desarrollo con una facturación de más de un millón de euros al año. Tiene más de 30 millones de descargas todos los meses y ofrece más de 25.000 'apps' en 13 idiomas para todo tipo de dispositivos. “Seguro que has entrado a la web alguna vez aunque no te suene nuestro nombre para descargar una aplicación para tu ordenador, 'tablet' o móvil” explica su fundador, Luis Hernández, malagueño de 35 años e ingeniero informático.

Ambos han sido seleccionados por su potencial internacional para participar por Promálaga e implica a Harvard en el plano educativo. Además, interviene el organismo Dat Venture, que ayuda a empresas españolas a penetrar en el mercado norteamericano, conectarse con los recursos locales, fortalecer sus equipos y establecer contactos con los inversores.

“Es la puerta de entrada a los Estados Unidos. Esto llega en el mejor momento para nosotros. Estamos poniendo en marcha nuestra estrategia internacional, es el quinto país que más tráfico aporta, el 80% de toda nuestra facturación es internacional”, aseguran desde Uptodown.

La mina de oro de las descargas

Luis y su socio José Domínguez empezaron su negocio en 2003 cuando eran dos estudiantes a los que les gustaba jugar con Windows. “Después de recibir una beca de aceleración en un parque tecnológico de la Universidad de Málaga, nos lanzarnos a la aventura”.

Su oficina era una sala vacía con una mesa y sillas de playa. “Dejamos todo de lado y la empresa se convirtió en una obsesión”, dice. Ahora tienen un lugar de trabajo en condiciones y un equipo de 40 personas, 10 en España y otras 30 en otros países.

Desde el principio se han dedicado a conectar a desarrolladores y usuarios con dos claves principales: no cobrar a ninguna de las partes y asegurar la seguridad y rapidez de las descargas. A diferencia de sus competidores -Apple Store, Google Play o Amazon- ofrecen opiniones no condicionadas por intereses empresariales. “La gente recibe información real de lo que se descarga y son versiones originales”.

“Nuestros ingresos proceden de la publicidad que aparece cuando te estás descargando algo, sobre todo si acabas eligiendo la opción alternativa a la que venías a buscar a la web”.

Crecen de una manera segura y constante, “nuestro verdadero 'boom' fue hace un par de años con la llegada del uso masivo de 'tablets' y de diferentes sistemas operativos que nosotros también trabajamos”. “Se crean y se descargan aplicaciones sin parar”, cuenta.

Las aplicaciones más descargadas son aquellas relacionadas con la comunicación - Skype, WhatsApp, Line -, los videojuegos -que suponen entre el 60-80% - y los antivirus.

“Tenemos la oportunidad de convertirnos en uno de los sitios más importantes para descubrir e instalar aplicaciones móviles del mundo. No queremos irnos, queremos pertenecer a la comunidad española que hace proyectos de tecnología”, asegura.

Gonzalo de Evovelo también coincide en esto con Uptodown. Su intención es expandirse por el mundo con un modelo parecido al franquiciado y desde España. Cualquiera puede descargar en su web sus diseños, “son de código abierto, no están patentados, se pueden utilizar para uso privado pero no comercial”.

Los dos admiten que siguen dedicando todo el día a su proyecto, “porque nos apasiona pero no entre las paredes de una oficina. Defendemos una jornada flexible”, explica Luis.

Ninguno se queja de no haber recibido de momento un solo euro de financiación pública. “Hemos recibido formación, pero esperamos conseguir alguna ayuda a nivel europeo para poder seguir avanzando”. “Antes muchos emprendedores con financiación fracasaban porque les faltaba la experiencia. Nosotros ya la tenemos, ahora es cuando necesitamos visibilidad”, dicen en Evovelo, cuyo equipo al completo no puede vivir de momento en exclusiva del proyecto.

En dos semanas, Uptodown inaugura mercado en Tailandia. “En tecnología es fácil empezar si tienes una idea, mantenerse exige talento en la gestión y la estrategia”, afirma el director de la empresa de 'software'. Por eso la experiencia que obtendrán en Harvard será fundamental para las dos empresas españolas. Buen viaje.

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Las imágenes de este artículo son propiedad de la Universidad de Harvard, Evovelo y Uptodown

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