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El joven inversor español que se codea con los grandes fondos de Silicon Valley

Hay dos cosas que a Nacho Vilela siempre le han apasionado: programar e invertir. Por eso, aunque estudió Ingeniería de Caminos y tenía un buen empleo en la multinacional FCC, decidió dar un vuelco a su carrera. Hace cinco años, se decidió a crear desde la nada el trabajo de sus sueños: con la crisis estaban surgiendo nuevos emprendedores y él podía apoyarles en las primeras etapas de su crecimiento.

“Con lo que me quedé en esa etapa de ingeniero de caminos es con la sensación de que todo es posible”, señala Vilela en una entrevista para Nexo. Su experiencia es un ejemplo de ello. Tras crear su propia firma de capital riesgo en Silicon Valley, actualmente es inversor en Workday Ventures, el fondo para invertir en 'startups' de una compañía que cotiza en la bolsa de Nueva York. También es uno de los pocos ‘venture capitalists’ españoles en la meca de la tecnología. 

El ingeniero de caminos que llevó su VC a California  

En un principio, la idea de Nacho era montar su firma de capital riesgo en España. Sin embargo, se dio cuenta de que en ese momento había pocas ‘startups’ patrias de éxito (casos más bien aislados como Tuenti o Infojobs) y de que había inversores españoles muy bien posicionados para conseguir las mejores oportunidades (como Luis Martín Cabiedes). “Una de las claves del VC es qué valor vas a añadir. Y yo en ese momento no podía añadir nada”, defiende Vilela. “No tenía sentido hacerlo en España”.

Así que decidió probar suerte en Silicon Valley. Algunos amigos le tildaron de “loco”, pero él quería comprobar “de primera mano” si era realmente tan difícil hacerse un hueco. Para triunfar necesitaba diferenciarse, así que decidió crear un fondo en el que participaran empresas, instituciones financieras o ejecutivos españoles con un gran patrimonio. Recaudó 1,5 millones de dólares (1,42 millones de euros) y llevó un mensaje a los emprendedores de la otra orilla del Atlántico: “Estos inversores son los que te van a añadir valor cuando llegues a Europa”.  

Los comienzos de Startcaps VenturesStartcaps Ventures, la empresa que fundó para invertir en 'startups' con alto potencial de crecimiento, fueron lo más complicado. Vilela era un desconocido, así que le faltaban los contactos y el ‘networking’ necesario para realizar inversiones y “competir con los grandes fondos”. “Cuando cuento lo que he invertido, no cuento el 90 % de lo que no me dejaban invertir”, confiesa. Además, por aquel entonces carecía de olfato para “la detección de humo”, algo que ahora considera fundamental: “Si miro atrás, sí que tengo algún CEO que ha estado viviendo del dinero de las empresas”.

Pese a ello, acertó apostando por Beyond GamesBeyond Games, una compañía dedicada al desarrollo de videojuegos que se convertiría en una de las primeras de su ‘portfolio’. Vilela había seguido la pista a Nick Bhardwaj, su fundador. Tras tomar varios cafés con él, logró entrar en una ronda de financiación en la que participaba Greylock Ventures, uno de los fondos más afianzados de Silicon Valley. Y de ahí a las grandes ligas, pues el boca a boca se encargó del resto poco a poco: “La mejor forma para crecer al final son las referencias de los propios CEO. Los ‘cracks’ normalmente están rodeados de ‘cracks’”, señala Vilela.

El ‘networking’, una clave para triunfar

Hasta tal punto es importante tener buenos contactos que, según Vilela, el hecho de que el fundador logre atraer a los inversores mejor relacionados puede ser decisivo para la supervivencia de la compañía. A menudo es la mayor diferencia entre la 'startup' que lidera el mercado y sus competidores, que no llegan a alcanzar el mismo éxito aunque su producto sea el mismo.

“De repente alguien va a recibir financiación y alguien dice ‘oye, ‘no sé quién, que era amigo del de Uber y que era VP de producto, está lanzando lo mismo. Directamente todos los inversores dejan de mirar a la anterior, invierten en este y todos los recursos con él”, ejemplifica Vilela. “Hay un poder de ‘network’, de conexiones en Silicon Valley, aparte de recursos ilimitados, que decide muchísimas veces quién es el ganador”.

Este inversor español también aprendió que debía tomar decisiones en poco tiempo. “Se sorprendería la gente de lo rápido que son las primeras rondas. Allí han creado una fórmula para invertir que se llama nota convertible.nota convertible La gente invierte de un día para otro”, asegura.

Él mismo lo ha hecho. Quedó para tomar un café con el fundador de Authy, una 'startup' que ha desarrollado una API para que los desarrolladores integren verificación en dos pasos en sus ‘apps’. “Por la tarde, tenía el dinero. Si no lo haces así, estás fuera”, destaca. En esa ocasión, atinó: Twilio, una firma que ofrece servicios de comunicación en la nube y debutó con éxito en Wall Street, acabó comprándola.

Así que vigilando los movimientos de emprendedores y posibles coinversores, invirtiendo en la fase semilla de las compañías con agilidad y siguiendo sus propios criterios de inversión (que el mercado de la ‘startup’ sea suficientemente grande y que el equipo sea bueno), Vilela consiguió que Startcaps Ventures aumentara su ‘portfolio’.

El propio lugar en que vivía tuvo algo que ver con su exitoso ‘networking’. Se instaló en Villa MaravillaVilla Maravilla, una casa situada en los barrios más antiguos de San Francisco, junto a otros cuatro jóvenes emprendedores españoles. A uno de ellos le había conocido nada más aterrizar: era Adeyemi Ajao, cofundador de Tuenti y uno de los impulsores de Cabify.

Poco a poco, ese hogar para el emprendimiento atrajo a personalidades de la meca de la tecnología. Por él han pasado desde ponentes de las famosas charlas TED hasta célebres emprendedores, entre ellos Travis Kalanick, el CEO de Uber. “Hicimos una casa que era como una embajada de españoles en Silicon Valley, pero creo la forma de ser de los españoles es superatractiva para los americanos”, relata Vilela. “Fruto de eso, sin buscarlo, muchísimos CEO conocidos e inversores acaban en la casa en fiestas”.

Precisamente a través de Adeyemi Ajao, amigo y compañero en Villa Maravilla, consiguió su actual puesto como 'venture strategist' en Workday. El cofundador de Tuenti se había incorporado a la firma como uno de sus vicepresidentes y se le ocurrió crear Workday Ventures, un ‘corporate VC’ (un fondo de capital riesgo liderado por una empresa tradicional). Aneel Bhusri, CEO de Workday, es además asesor de Greylock Partners, por lo que crear un fondo que apostara por la innovación parecía una buena idea. Vilela aceptó llevarla a cabo justo cuando planteaba reunir un tercer fondo con Startcaps Ventures.

“Para mí ha sido perfecto, ha sido un salto espectacular”, asegura. “Primero, ellos necesitaban a alguien que ya conociese todas las empresas tanto en Estados Unidos como en Europa, que tuviera experiencia montando fondos. Realmente, lo que es montar un fondo no lo ha hecho mucha gente”.

Este inversor destaca que su posición privilegiada actual es más sencilla que su labor anterior: ha pasado de tener que sacarse las castañas del fuego  (“venía del barro”) a que firmas de capital riesgo como la poderosa Sequoia Capital le ofrezcan coinvertir Sequoia Capital.

Al trabajar en un 'corporate VC', también dispone de más tiempo para estudiar a las 'startups'. “Puedes tomarte un mes o dos meses para decidir, que siempre va a querer que estés dentro porque eres el potencial adquiriente”. Pese a ello, Vilela destaca que los inversores, incluidos los 'corporate VC', no deben pedir exclusividad de compra futura a las empresas en las que invierten: “Esa empresa va a competir con peores posibilidades que el resto de su sector, la estás matando”.

¿Qué le falta al ecosistema español?

Con cinco años de experiencia en el mundo del ‘venture capital’, Vilela conoce, además de las luces, las sombras del sector. “Solo el 5 % de los fondos son rentables. Y ese 5 % son los que hacen el 90 % de los retornos. Es decir, que el resto de la gente o empata difícilmente o pierde dinero”, señala. También se queja de que algunos inversores intenten dar lecciones al emprendedor acerca de sus fallos, en lugar de reconocer el “mérito” de haberse lanzado y simplemente declinar su propuesta.

En el caso específico del panorama español, a juicio de Vilela, uno de los mayores errores que se cometen es fijar como meta la creación de “un Silicon Valley” patrio. “Lo que hay que hacer es entender que son mercados distintos. Cuando un inversor en Estados Unidos invierte en una empresa es porque su objetivo es que sea la líder a nivel mundial”, destaca.

Por esa razón, este inversor considera que los fondos españoles deberían ayudar a validar las empresas atrayendo “talento cualificado”, personal que ya haya pasado por las grandes empresas y pueda marcar la diferencia en una ‘startup’ española pese a que el fichaje sea caro.

¿Y si somos emprendedores? ¿Deberíamos apoyarnos en un inversor local o intentar probar suerte con uno de Silicon Valley? “Yo intentaría coger el menor dinero posible hasta tener cierta tracción. E intentaría [conseguir inversión] fuera siempre que puedas”, recomienda. Aunque tampoco se trata de coger las maletas sin estar preparado para ello: buscar un socio local que conozca la cultura y tenga los contactos es uno de sus consejos para triunfar en la meca de la tecnología.

Si tuviera que invertir ahora mismo en ‘startups’ españolas, lo tiene claro: repartiría los fondos entre aquellas que han sabido internacionalizarse, como Carto, que consiguió recaudar 23 millones de dólares (21,8 millones de euros) de fondos extranjeros en su segunda ronda de financiación. Al igual que ellos, el propio Vilela es buen ejemplo de que un español puede montar con éxito un proyecto, incluso uno tan complejo como un fondo de inversión, en la meca de la tecnología.

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Las imágenes son propiedad de Nicolas Raymond (Flickr) y Pixabay