CRÓNICA

Trump acusa el descontento por la crisis de precios y se tira 18 minutos gritando a la televisión que la grandeza prometida está por venir

Corresponsal en Washington —
18 de diciembre de 2025 04:19 h

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Han sido más de 18 minutos de gritos a la televisión con ese movimiento de hombros y torso tan característico suyo. Si Donald Trump pretendía transmitir tranquilidad al pueblo estadounidense, lo que ha conseguido ha sido elevar el estrés de aquellos que han visto su discurso a la nación de este miércoles por la noche. Lejos de difundir un mensaje navideño de concordia para toda la ciudadanía, el presidente de EEUU ha elegido representar una realidad aumentada de sí mismo, culpando de todos los males a la Administración de Joe Biden, afirmando con datos falsos que los precios de la gasolina han bajado más de lo que en realidad lo han hecho, y anunciando que esa grandeza MAGA prometida hace un año se está retrasando, que está por llegar, que 2026 será el año de la prosperidad.

Donald Trump ha hecho un discurso en el que evidencia que sangra por la herida de un término que domina todas las conversaciones políticas desde noviembre pasado, cuando los demócratas, con Zohran Mamdani a la cabeza en Nueva York avanzaron posiciones con la bandera de la affordability. Es decir, el coste de la vida, el mismo elemento central de la campaña de hace un año que sirvió a Trump para derrotar a una Kamala Harris lastrada por buenos datos macroeconómicos que no se traducían en el bolsillo de la ciudadanía estadounidense.

Trump ha decidido entrar en el salón de todos los estadounidenses a las nueve de la noche de este miércoles porque sabe que está perdiendo la batalla política, porque sus aranceles están elevando los precios y frenando el empleo, porque las políticas migratorias están reduciendo la mano de obra disponible para ciertos trabajos en el sector servicios, la construcción y las granjas. Y porque un socialista será alcalde de Nueva York y de Seattle, porque los republicanos han perdido Miami después de 30 años, los demócratas han ganado Nueva Jersey y Virginia y las elecciones legislativas de noviembre de 2026 se presentan cuesta arriba.

Y el presidente de EEUU, por eso, ha sido capaz de una cosa y la contraria: decir, como cada día, que EEUU es el hottest country in the world con precios bajando –a pesar de que la inflación ha escalado hasta el 3%–, al tiempo que ha dicho que lo mejor está por venir, que la grandeza prometida tardará un año más en llegar, incluidos “los planes de reforma de vivienda más ambiciosos de la historia de EEUU”.

Y, mientras tanto, mientras ha presumido de supuestas paces sembradas por el mundo, el presidente de EEUU no ha dicho una sola palabra del conflicto que tiene abierto en su propio continente con el asedio sobre Venezuela.

Trump, eso sí, ha sido fiel a su costumbre de regar de datos falsos y medias verdades sus intervenciones. Así, por ejemplo, ha afirmado que la gasolina costaba menos de 2,50 dólares por galón –3,78 litros– en gran parte del país y que incluso había llegado a costar 1,99 dólares por galón en muchos estados. Como recuerda The New York Times, el precio medio de la gasolina fue de 2,90 dólares por galón durante la semana que finalizó el 15 de diciembre, según la Administración de Información Energética, una agencia estadística del gobierno. Y en ningún estado ha sido inferior a 1,99 dólares, cosa repetida por Trump.

El presidente de EEUU también ha prometido un bonus para “guerreros” de 1.776 dólares a cada soldado, que provendría de los ingresos arancelarios. Sin embargo, explica NYT, esos ingresos no son para que el presidente los gaste; esa es una atribución del Congreso. También ha hablado de otorgar 2.000 dólares a todos los ciudadanos, excepto a los más ricos, y ha asegurado que con el tiempo los impuestos sobre la renta disminuirán. Las promesas superan con creces los ingresos disponibles.

Trump, además, ha afirmado haber conseguido 18 billones de dólares en inversiones a través de las amenazas arancelarias. Pero esta afirmación es casi el doble de los 9,8 billones de dólares que ha contabilizado su propia oficina de prensa de la Casa Blanca.

La cifra también incluye promesas y proyectos anunciados previamente. Además, gran parte proviene de promesas de países extranjeros que probablemente no sean realistas (por ejemplo, las promesas de inversión de Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, que ascienden a billones de dólares, superan su producto interior bruto anual, explica The New York Times).

Al mismo tiempo, Trump ha afirmado que ahora hay más personas trabajando que en cualquier otro momento de la historia de EEUU, si bien no ha explicado que la población de Estados Unidos también ha crecido con el tiempo ni que la tasa de desempleo ha escalado al 4,6% en noviembre, la más alta en cuatro años.