Las agencias humanitarias de la ONU ha advertido que este miércoles podrían verse obligadas a detener este miércoles por la noche sus operaciones en Gaza debido a la falta de combustible y ha denunciado la caótica situación de los hospitales en la Franja, con pacientes hacinados y cadáveres apilados en tiendas de campaña.
En su informe diario sobre la situación en Gaza, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas ha indicado que su personal ha visitado varios hospitales de la Franja palestina y que muestran “niveles sin precedentes de devastación”.
“En uno de los hospitales yacían en camas, camillas y en el suelo cientos de hombres, mujeres y niños heridos, la mayoría inconscientes, con heridas abiertas”, señala el informe. El texto añade que decenas de cuerpos sin vida se amontonaban en una tienda de campaña en el exterior al estar lleno el depósito de cadáveres.
En estos hospitales, “el combustible está muy racionado, siendo utilizado sólo para instalaciones críticas, y muchos de los generadores de emergencia no están diseñados para operar continuamente, por lo que es posible que se rompan”, subraya el informe.
La falta de alimentos provoca que muchos niños y mujeres, especialmente embarazadas y lactantes, estén en riesgo de malnutrición, lo que podría afectar a su sistema inmunológico y aumentar la posibilidad de que sufran anemia o hemorragias mortales, advierte Naciones Unidas.
El informe alerta, como ya señaló el martes la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), principal proveedor de servicios humanitarios en Gaza, que sus actividades de asistencia podrían tener que detenerse en la noche de hoy, miércoles, si no entra combustible en la Franja.
Más de un tercio de los hospitales y dos tercios de las clínicas de Gaza, según los últimos datos disponibles, han detenido sus operaciones por falta de combustible o debido a los daños sufridos en ataques, que también han causado la muerte de 16 trabajadores sanitarios y 35 de la UNRWA.
Hasta 590.000 de los 1,4 millones de desplazados internos de Gaza se alojan en refugios de la UNRWA, en condiciones de hacinamiento. La organización ha denunciado que estos refugios están desbordados -han tenido que multiplicar su capacidad por cuatro- y que muchas de esas personas están durmiendo en la calle.