1.000 millones de personas viven en extrema pobreza en las ciudades

El Informe Mundial de Desastres 2010 que, como cada año, elabora la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), se ha centrado este año en el riesgo urbano.

Antoni Bruel, coordinador general de Cruz Roja, ha justificado esta decisión “porque muchos de los desastres en este momento se ven potenciados por la realidad en la que viven las personas en esos entornos urbanos y de ahí el que se haya analizado en profundidad cómo esos riesgos se incrementan o evolucionan por la propia evolución de las zonas rurales o urbanas”.

El secretario general de la FICR, Bekele Geleta, ha afirmado que “por vez primera en la historia de la humanidad, más personas viven en entornos urbanos que en el campo, pero el mundo no ha ido a la par que este cambio. De ahí que, hoy más nunca, viva en barrios marginales o asentamientos informales, lo que redundará en que más personas se vean afectadas por desastres urbanos como el terrible terremoto que sacudió Haití meses atrás”.

Del informe se desprende que ésta es la primera vez en la historia en la que hay más personas viviendo en entornos urbanos que en los rurales, pero los 2.570 millones de personas que viven en entornos urbanos en países de bajos y medianos ingresos son vulnerables a los niveles inaceptables de riesgo que acrecientan la rápida urbanización, los deficientes servicios de salud o la precariedad de la gestión urbana.

En total son 3.495 millones de personas los que actualmente viven en zonas urbanas. De ellos, 1.000 millones viven en extrema pobreza o son muy vulnerables, ya que se han incorporado a las ciudades de forma muy precaria, viviendo en infraviviendas. De hecho, el informe revela que es precisamente la infravivienda lo que produce el crecimiento desmesurado de las zonas urbanas.

Estos asentamientos se sitúan en zonas donde no cuentan con servicios públicos como saneamientos o agua potable, por lo que tal como indica Bruel “la espiral de vulnerabilidad en el plano físico se pone en marcha inmediatamente, y posteriormente aparecen las consecuencias como los problemas de salud”.

Ante las nuevas necesidades, nuevos modelos de cooperación

El coordinador general de la Cruz Roja afirmó también que estas cifras “llevan a una generación nueva de servicios y proyectos en la cooperación internacional”. Así se desarrollarán programas de prevención de la violencia necesarios para las intervenciones en los entornos urbanos. Ejemplos de estos programas son los que ha desarrollado Cruz Roja en la región del Caribe y América Central para reorientar a las maras y otros grupos violentos y llevar a cabo programas de desarrollo en las comunidades.

Otro punto importante en el que hace hincapié el informe es en la necesidad de políticas internacionales que frenen la huída masiva hacia la ciudad. De continuar como hasta ahora, Cruz Roja augura que cada vez será más difícil abordar situaciones de vulnerabilidad y luchar contra los desastres.