A pesar de la caída del precio del gas, la explotación de Sotés sigue en marcha y con perspectiva de crecimiento
La incertidumbre legal y política, la presión social con municipios y comunidades en contra y la caída en el precio del gas, ha hecho que la fiebre del fracking haya caído en picado. Tras el auge de inversiones y licencias en el periodo 2012-2015, ha llegado ahora la marcha atrás. Al parecer, el fracking no ha sido tan rentable como se esperaba y son numerosas las empresas que han decidido renunciar a sus proyectos.
BNK España ha renunciado a un permiso de investigación que incluía seis pozos al norte de Burgos y Repsol al sondeo previsto en Cantabria. Han caído las solicitudes y los permisos concedidos a pesar de que el gobierno del Partido Popular creó un marco legal favorable al fracking y que el Tribunal Constitucional ha tumbado el intento de algunas comunidades, entre ellas La Rioja, de prohibir esta práctica.
EL GAS EN LA RIOJA
Rioja2 ha querido conocer si estos factores han influído también en otro tipo de yacimientos, en concreto, en el de extracción de gas convencional de Sotés, el Proyecto Viura, gestionado por Unión Fenosa Gas (compañía participada al 50% entre Gas Natural Fenosa y Eni).
En este caso no se utiliza la práctica del fracking (extracción de gas exquisto o pizarra mediante fracturación hidráulica) sino la extracción convencional ultraprofunda, ya que la bolsa se encuentra a unos 4.000 metros bajo tierra. Desde marzo de 2015 se está comercializando el gas extraído de forma continuada con una licencia provisional, ya que la definitiva tendrá que aprobarse cuando haya un Consejo de Ministros que no esté en funciones.
En este año transcurrido se han extraído unos 4.910.000 m3 al mes, un total de 685 GWh en doce meses, es decir, una cuarta parte de todo el consumo de La Rioja en un año. Según los datos que facilita la empresa, se estima que el volumen total probado de la bolsa de gas es de 1.000 millones de metros cúbicos, el equivalente a cinco años del consumo actual de toda La Rioja.
Esta cifra resulta insuficiente para hacer rentable la inversión por lo que, diversos expertos consultados, señalan que el beneficio vendrá a posteriori porque “el objetivo final es vaciar la bolsa para utilizarla después como almacén natural, como contempla el proyecto, y es probable que se use para importar gas más barato de países árabes y comercializarlo después a un precio mayor”.
PLANES DE FUTURO
Desde Unión Fenosa Gas aseguran que la caída del precio del gas no afecta a sus planes de futuro en La Rioja porque “es algo coyuntural”. Respecto a la presión social y a las incertidumbres políticas, son factores que afectan únicamente al fracking, una técnica que aquí no se está utilizando.
El proyecto inicial contemplaba un entramado de 13 pozos en toda la zona. Por el momento, sólo se han hecho dos, unidos por un gasoducto de 1.400 metros. El gas extraído se traslada hasta el punto de entrega de Enagás en Navarrete a través de otro conducto subterráneo de algo más de dos kilómetros.
Lejos de paralizar el proyecto, Unión Fenosa Gas tiene intención de seguir invirtiendo “aunque a un ritmo más moderado” y después de que el Consejo de Ministros conceda la licencia definitiva que dé estabilidad a la planta. “Se prevén pozos adicionales futuros en función de los resultados operativos que vaya dando cada uno de ellos”, explican.
Por su parte, los ingenieros consultados por Rioja2 consideran que el proyecto no puede ser rentable como tal, por el elevado coste en mano de otra (actualmente la planta genera 45 empleos directos), la gran profundidad del yacimiento, el bajo precio del gas y el elevado coste de las tasas y el tratamiento del agua empleada. Consideran que el beneficio se conseguirá a posteriori.
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