Asad advierte: “Con vandalismo y caos no habrá reformas”

El presidente sirio, Bachar al Asad, acusó este lunes a grupos armados, delincuentes buscados por las autoridades y grupos de pensamiento islámico radical de estar detrás de los incidentes y ser los “responsables de la crisis” que vive el país.

Asad ha asegurado en la Universidad de Damasco en el tercer discurso que dirige al país desde que comenzaron las revueltas, que la crisis se debe a “una conspiración” diseñada en el extranjero para poner en práctica a Siria. A lo que ha añadido que las informaciones sobre su familia son rumores falsos.

El presidente lamenta los mártires, pero subraya que hay víctimas en ambos lados de la revuelta. Más allá de la brutalidad del presente ha insistido en que cree en “un mañana lleno de esperanza”. Ante las protestas populares, asegura, que “deberíamos escucharlos y tenderles una mano de apoyo”, pero ha descartado reformas mientras haya “sabotaje y caos”

También ha anunciado que el próximo mes de agosto se celebrarán elecciones parlamentarias y que para el mes de septiembre habrá concluido el actual paquete de reformas. Asimismo, se ha comprometido a crear una comisión encargada de reformar la Constitución que habrá elaborado sus conclusiones dentro de un mes.

Éxodo de miles de sirios

Este discurso coincide con la intensificación de las protestas contra el régimen sirio en todo el país y el éxodo de miles de refugiados a Turquía. El número de sirios refugiados en los campamentos turcos para escapar del régimen de El Asad ha alcanzado los 10.533, sumando un incremento de varios cientos de personas día tras día.

La Administración para Situaciones de Emergencia (AFAD) aseguró ayer que eran 10.114 los sirios acogidos en los campamentos levantados en varias localidades de la provincia fronteriza turca de Hatay y que otros 10.000 sirios esperan para cruzar la frontera.

Las revueltas populares piden la introducción de reformas políticas y la caída del régimen. Según el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, 1.310 civiles y 341 militares y policías han muerto desde mediados de marzo pasado por la represión de las manifestaciones. Según las investigaciones de la Alta Comisaría de la ONU para los Derechos Humanos, los muertos por la represión de las protestas en Siria exceden los 1.100 y los detenidos son más de 10.000.