Athletic y Barça, en la final de la Copa
El FC Barcelona selló su pase a la final de la Copa del Rey, que jugará frente al Athletic el próximo 13 de mayo en Mestalla, después de solventar con mayores apuros de los previstos su compromiso ante el Mallorca (1-1), quien sin grandes alarges contó con opciones de remontada.
Un Barcelona apático, con varios suplentes y el regreso de Iniesta tras su lesión, entregró la primera mitad a un Mallorca que tampoco ofreció grandes argumentos ofensivos, pero sí acertó en una gran jugada individual de Castro, cuyo disparo se 'coló' por la escuadra de Pinto al filo del descanso.
El tanto bermellón y la mediocre imagen de los azulgranas transformó el partido, especialmente cuando al comienzo de la segunda parte el Mallorca intensificó sus acercamientos al área azulgrana y la zaga de los de Guardiola ofreció el 'tembleque' habitual en los últimos partidos.
En el cruce de ambas el colegiado decretó penalti en una entrada de Martín Cáceres, además de expulsar al central blaugrana. La puerta se abrió de golpe para los de Manzano y así lo celebraba Castro, con los dos brazos al cielo. Pero fue una celebración prematura porque Martí erró la pena máxima o Pinto la despejó, y el Mallorca sepultó su gran ocasión.
Guardiola hechó cemento sobre la zaga dando entrada a Márquez, por Iniesta, y sacó todo el brillo del banquillo con Messi. La jugada le salió redonda. El Barcelona ya no volvió a sufrir porque tampoco el Mallorca empujó lo necesario y el argentino decidió en dos jugadas. Primero le 'sacó' la segunda amarilla a Josemi y segundo aprovechó un mano a mano para batir por alto a Lux.
El tanto de Messi finiquitó una eliminatoria que permitirá al Barça luchar por el primer título de la temporada, aunque su juego e incluso talante ofrecieron de nuevo dudas y es que acumulan ya cinco partidos sin conocer la victoria.
La historia pudo ser diferente si Iniesta, que reaparecía tras varias semanas lesionado, hubiera aprovechado una acción genial en el comienzo del envite. Se marchó de uno, dos y tres defensas, pero su disparo no encontró el gol que hubiera puesto la rúbrica a una jugada fantástica. Pero fue un espejismo porque el Barça 'B', sin Henry, Eto'o, Messi o Xavi, no arriesgó en ningún momento. Prefirió dejar hacer al Mallorca, consciente de que la renta en el zurrón era de grandes dimensiones.
Y así fue durante casi cuarenta minutos, en los que ambos equipos cubrían lo que parecía un trámite, pero un gran disparo de Castro, tras control de Webó sobre la frontal, giró un partido que podía haber culminado de manera bien diferente si el Barça no hubiera contado con Pinto en la portería, deteniendo un penalti, y Messi de justiciero, aliviando los males de su equipo.
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