Camps pedirá perdón y pagará los trajes

El presidente nacional del PP se ve cada vez más cerca de Moncloa y no quiere que ningún escándalo o trama empañe su futuro presidenciable. A sabiendas de que esto podía pasar, Mariano Rajoy ha optado una vez más por la ley del silencio a pesar de la insistencia mediática y de las presiones dentro de su partido. Y es que de todos es sabido en sus filas que Rajoy deseaba desde hace mucho tiempo apartar a Camps en vistas de que pudiera sentarse en el banquillo por cuestión de los trajes y, en general, por el entramado Gürtel.

Toda vez que el juez ha determinado que Francisco Camps deberá responder del coste total de estos trajes y de los contratos que se consiguieron a través de esta red, el PP se ha puesto a trabajar pensando en la convocatoria electoral. A día de hoy, los populares sacan nada menos que catorce puntos de ventaja a los socialistas en las encuestas y aún prevalece la resaca de las elecciones municipales y autonómicas. Aquel revolcón dio alas a un presidente Camps ligeramente desgastado, pero apoyado masivamente en las urnas. Este ha sido su argumento y el esgrimido por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en quien pensó Génova como recambio de Camps si la trama Gürtel se torcía, como de hecho así ha sido.

Barberá lanzó balones fuera el pasado viernes. Fue la única voz del PP valenciano que salió en defensa de Camps y contraatacó pidiendo la dimisión de Zapatero como causa de la debacle económica española. Así las cosas, Trillo, que a la postre es el máximo responsable del Partido Popular en Justicia, ha estado preparando distintos escenarios sobre la resolución judicial y estableciendo una estrategia con el presidente Camps. Este ha resultado afectado, según sus más allegados, y aunque no se descarta su dimisión, de momento no es la opción preferente.

Soraya Sáenz de Santamaría ya advirtió este miércoles en su comparecencia en el Congreso de los Diputados que habrá una respuesta y ésta no se hará esperar mucho. Sin duda, según fuentes cercanas a la calle Génova de Madrid, todo pasa por evitar el juicio a toda costa, máxime cuando se da casi por descontado que en septiembre el presidente Zapatero tirará la toalla y anunciará elecciones anticipadas para finales de noviembre. El Partido Popular, con el viento muy a su favor, no desea contratiempos. Es el tercer intento para Rajoy y está mejor situado que nunca. Por eso, las opciones del PP pasan por que Camps entone su mea culpa y pague la cuantía de los trajes, es decir, hacer frente al pago de la multa. Otra cosa muy distinta será la condena, un asunto que depende de la Fiscalía y de la que Francisco Camps no podrá eludirse.

Por otro lado, hay un problema mayor para Rajoy. Aunque Camps acepte pagar una multa, su entorno político también salpicado por la trama Gürtel no está dispuesto a admitir culpas. Entre ellos se encuentra Ricardo Costa, uno de los más díscolos, que ya fue amonestado y retirado temporalmente de todos sus cargos en Valencia.

En unos días a lo más tardar, Camps tomará la decisión definitiva, pero lo más factible y la vía más rápida será pagar los 50.000 euros que se le achacan en los trajes regalados.