Cuatro guardias civiles, retenidos por la Policía gibraltareña
Cuatro agentes de la Guardia Civil fueron retenidos la noche de este lunes durante más de dos horas por la Policía gribraltareña tras haber entrado una patrullera del Instituto Armado en aguas del Peñón cuando perseguía a una zódiac en la que se sospechaba que pudieran viajar presuntos narcotraficantes y que fue detectada cuando navegaba en aguas españolas.
Los hechos se produjeron sobre las nueve de la noche cuando una patrullera de la Guardia Civil detectó una lancha sospechosa que navegaba en aguas españolas, según informaron a Europa Press fuentes de la Benemérita.
Los agentes emprendieron una persecución para tratar de interceptar la embarcación y comprobar si, como sospechaban, estaba siendo empleada para introducir droga en nuestro país. En el marco de esta persecución, la patrullera de la Guardia Civil entró en aguas del Peñón.
Concretamente, la embarcación del Instituto Armado logró interceptar y detener la lancha en el mismo puerto de Gibraltar, aguas de soberanía británica según el Tratado de Utrecht. Una vez allí, la Policía gibraltareña retuvo a los cuatro agentes que viajaban en la patrullera y a los dos pasajeros de la zódiac.
La Policía del Peñón procedió entonces a trasladar a los agentes uniformados españoles a dependencias policiales para aclarar lo sucedido. Tras poco más de dos horas de interrogatorio, los efectivos del Instituto Armado fueron puestos en libertad.
Otra patrullera de la Guardia Civil se trasladó hasta el puerto de Gibraltar pasadas las once de la noche para recoger a los agentes y trasladarlos a territorio español.
DISCULPAS DE RUBALCABA
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se puso en contacto telefónico con el primer ministro de Gibraltar, Peter Caruana, tras conocer los hechos para pedirle disculpas por este incidente. Según indicaron a Europa Press fuentes del Ministerio de Interior, el primer ministro gibraltareño aceptó las disculpas de Rubalcaba.
El ministro español admitió durante la conversación que la actuación de los agentes fue “un poco incorrecta” pero incidió en que fue “fruto de una persecución en caliente”. Fuentes de la Guardia Civil indicaron que se trata de un “incidente sin ánimo de molestar” por parte de los agentes de la Guardia Civil al entrar en aguas del Peñón.
Por el tono de la conversación --que se desarrolló de manera correcta, según fuentes del Ministerio de Interior--, Rubalcaba cree que lo sucedido no tendrá mayor repercusión en las relaciones entre España y el Peñón.
INCIDENTES CON EL PEÑÓN
A finales de noviembre, un patrulla de la Policía de Gibraltar detuvo a dos españoles que practicaban pesca submarina a una milla de Punta Europa --el punto más meridional del Peñón-- por, según las autoridades gibraltareñas, entrar en aguas de soberanía gibraltareña pero que, según España, eran aguas españolas.
No obstante, el incidente más importante se produjo a mediados de ese mes de noviembre cuando soldados de una patrullera de la Armada británica dispararon contra una boya con los colores de la enseña nacional situada a más de cinco millas del Peñón, lo que motivó que el Ministerio de Asuntos Exteriores convocara al nuevo embajador británico en Madrid, Giles Paxman, para dar explicaciones por lo sucedido.
Los incidentes entre la Marina británica y la Policía gibraltareña con la Guardia Civil en las aguas en disputa (hasta las tres millas) se vienen repitiendo al menos desde la primavera pasada. En más de una ocasión, la Marina británica y la Policía gibraltareña han salido al encuentro de patrulleras de la Guardia Civil que han entrado en las tres millas y les han ordenado que se retiren de esas aguas
Gibraltar es un territorio dependiente del Reino Unido con un estatus específico en la UE. Por el Tratado de Utrecht de 1713 España sólo cedió a la Corona británica la ciudad y el castillo de Gibraltar, junto con su puerto, defensas y fortalezas, pero no así el istmo (ocupado ilegalmente en la actualidad) ni las aguas territoriales o el espacio aéreo.
También según este Tratado, España reivindica su derecho a poder recuperar el territorio cedido en caso de que Reino Unido renuncie algún día a su soberanía.
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