Diagnóstico en el autobús
Una mujer barcelonesa de 55 años, Montserrat Ventura, busca a una médico desconocida que le diagnosticó un tumor de hipófisis en estadios iniciales, mientras viajaba en un autobús de la línea 64 de Barcelona, lo que le permitió operarse a tiempo.
Ventura explicó en declaraciones a RAC1 recogidas a Europa Press que busca a la mujer de mediana edad, 1,60 metros de altura, delgada y con el pelo rizado para agradecerle su “ojo clínico” que permitió verle síntomas “apenas perceptibles”, según admitieron posteriormente los endocrinólogos que la trataron, avanzó hoy 'La Vanguardia'.
La historia sucedió el 22 de enero cuando Ventura, ex maestra, viuda y madre de dos hijas, se encontraba en el autobús --de una línea que no frecuenta-- tras visitar el Museo de Pedralbes con su grupo de jubilados y vio cómo una mujer cercana a su asiento no le quitaba el ojo mientras ella hablaba.
Antes de que se dispusiera a bajar, la desconocida se le acercó y le pidió hablar aparte. “Me pidió perdón por lo que me iba a decir y me contó que me había estado observando y que tendría que hacerme una analítica”, explica Ventura, que la recuerda muy educada y sensata.
Entonces, sacó un papel y anotó 'hormona de crecimiento' y 'somatomedina-C', instándola a someterse a unos análisis sobre esos parámetros en concreto. “Aún estás a tiempo”, le dijo. Ventura le preguntaba qué es lo que había visto en ella y la mujer respondió que había tenido dos casos en consulta con los mismos signos, pero que en ella estaban poco desarrollados.
Le señaló el labio inferior más grande, la nariz, las manos y le preguntó por sus dientes separados y si había cambiado de tamaño de calzado. “Ah, no, yo tuve los dientes siempre así”, respondió Ventura, que dice que no se inquietó.
Al cabo de un mes, tenía cita para la revisión ginecológica y pidió que le incluyeran los dos conceptos en la analítica de la revisión.
Todo estaba bien, salvo los dos extras que triplicaban la actividad normal. A partir de ahí, inició un peregrinaje para que le diagnosticaran su enfermedad, que resultó ser un pequeño tumor de hipófisis de siete milímetros en una glándula de apenas un centímetro de altura.
OPERACIÓN RÁPIDA
“El tumor era muy pequeño, pero estaba mal colocado, en la cavidad cavernosa por donde pasan mil nervios y junto a la carótida”, relata la mujer, que explica que cuando se puso en manos de un neurocirujano éste le dijo que la operaban sin demora porque había riesgos de que el tumor pudiera provocarle una hemorragia dentro del cerebro o ceguera.
A Montse Ventura la conocen ya en varios hospitales como la mujer del autobús. Estos tumores benignos se suelen detectar muy avanzados, cuando ya inciden en el corazón y los riñones. La hipófisis regula una larga lista de glándulas y fabrica la hormona del crecimiento y cuando un tumor la altera suministra mucho más de lo necesario y agranda toda clase de tejidos.
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