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“El acoso escolar comienza a ser un problema en el momento en el que nadie quiere verlo”

"El acoso escolar comienza a ser un problema en el momento en el que nadie quiere verlo"

Rioja2

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Se llama Andrea Sayago, la semana pasada cumplió 19 años y ha sido víctima de acoso escolar. Todo comenzó en 3º, 4º de Primaria aunque de aquellos años, no recuerda nada. “De esos años no me acuerdo, es mi madre lal que tiene la mayoría de los recuerdos”. Una pesadilla que continuó hasta Segundo de la ESO. De esos años de instituto sí que tiene recuerdos.Recuerdo días y días de amenazas, insultos... me han tirado por las escaleras, me han arrastrado por el suelo, me han tirado cubos de basura y me han amenazado por todos los medios posibles”. De hecho, seis años después, todavía tiene 128 contactos de WhatsApp bloqueados.

“El problema empieza en el momento en que nadie quiere verlo”

Un acoso que duró demasiado tiempo porque “el problema empieza en el momento en el que nadie quiere verlo”. Eso es precisamente lo que le ocurrió a Andrea. Salvo dos, “me tocaron unos profesores que no querían ver lo que me estaba pasando, sólo dos se atrevieron a pararles los pies a mis acosadores, el resto, pensaba que eran cosas de críos y que estaba exagerando”. Seis años de acoso porque como dice, “es difícil parar algo que no quieres ver”.

Por esta razón, Andrea quiere lanzar un mensaje a todos aquellos chavales que hoy en día están siendo víctimas de acoso escolar.A las víctimas les digo que griten, que no sólo lo hablen, que griten hasta que alguien les haga caso. Que se lo cuenten primero a los padres, luego a los profesores y, si estos no les hacen caso, que sigan subiendo peldaños hasta que alguien les escuche”. Para los padres otro recado. “Que luchen junto a sus hijos, que les den todo su apoyo, también psicológico, y que luchen juntos contra quien sea necesario, profesores, inspectores de educación.... y si hay que cambiar de colegio, que se cambie”.

“La escritura ha sido una ironía para mí”

Durante el tiempo que duró esta pesadilla, Andrea se refugió en la escritura. Y es que como confiesa, “la escritura ha sido una ironía para mí”. Era una usuaria habitual de la plataforma de lectura y escritura Wattpad, una plataforma que se ha convertido en el refugio de muchos adolescentes y en la que tenía cuatro millones de lectura”. Allí plasmaba sus sentimientos, sus vivencias, su estado de ánimo. “Escribía de forma anónima y, en mis peores momentos, cuando tenía los peores pensamientos me refugiaba en esta plataforma y en los mensajes de agradecimiento”. Y es que ahí encontró la fuerza para seguir adelante, en los mensajes de personas que le daban las gracias por haberles salvado la vida.

Ahora la vida de Andrea es más o menos normal. Sigue adelante con su vida y con sus libros. “Por mi forma de ser, no permito que los problemas me afecten más de lo que deberían, no soy de las que se hunden en la mierda, no victimizo, no dramatizo”. Ha pasado página pero “las secuelas ahí están”, por eso sigue contando con la ayuda de profesionales. Y es que, “cuando fuera de casa te hacen sentir pequeño, en casa intentas sentirte grande”.

Pese a todo, “ahora estoy bien”. Y es este estado de ánimo el que le permite dar charlas y conferencias contando su experiencia. Esta joven de 19 años sigue escribiendo. De hecho, el libro que ha presentado en Logroño, Zach Wood, es el primero de otros cinco.En eso estoy ahora, el segundo libro saldrá durante el primer trimestre de 2019”. Pero entre sus proyectos también está llevar la historia de Zach Wood a la televisión.Es una idea que me ronda por la cabeza y que en su día comenté con Nacho Guerreros”. Mientras tanto, Andrea seguirá contando lo que le pasó, contando su pesadilla a quien le quiera escuchar, intentando quitar la venda de los ojos a esos profesores que no lo quieren ver y animando a gritar a todos esos jóvenes que no saben cómo ponerle fin a su pesadilla.

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