El Club Ajedrez Alfaro celebra su Torneo de Reyes
Condicionados por el rebrote de las últimas fechas, el Club Ajedrez Alfaro programó el décimo noveno Torneo de Reyes el pasado 8 de enero aplicando las medidas que estimaron necesarias para evitar contagios. Así, se redujo considerablemente el número de jugadores participantes, se limitó el acceso a la sala de juego, que continuamente era ventilada, se controlaban temperaturas y se exigían unas normas restrictivas de movilidad. También se decidió sacar a la plaza la entrega de premios.
El club ha destacado “el comportamiento absolutamente ejemplar de los jugadores y, sobre todo, de los padres y acompañantes, que ayudó sobremanera a que disfrutáramos de una agradibilísima jornada de ajedrez”.
El torneo se disputó en el interior de la Sala de Exposiciones del Antiguo Ayuntamiento al mejor de seis rondas, dividido en dos categorías. La B para los jugadores noveles del Club Ajedrez Alfaro y la A abierto para todo tipo de jugadores, hasta 14 años.
El final de la categoría A, muy disputada, resultó emocionante. Todo se decidió en la última ronda, con varios jugadores con posibilidades de ganar. Juan Burgui, del Club Ajedrez Alfaro, se hizo con la victoria. Diego Soto de la SAL de Logroño acabó segundo. Y el tercer puesto para Aitor Esparza, del club Mikel Gurea de Burlada. El resto de trofeos fueron primer sub 12 Angel Esparza, primer sub 10 Jon Merino, ambos de Mikel Gurea, y primera femenina Sarai Falcón, del Club Ajedrez Alfaro.
En la categoría B el campeón resultó invicto. El arnedano Daniel Mariné hizo seis puntos de los seis posibles. El joven cirbonero Matías Ruiz solo cedió el punto con Daniel, y acabó como subcampeón. En tercer lugar el calagurritano Pablo Francés. El corellano Víctor Milagro y el alfareño Daniel Jiménez fueron los sub 10 premiados. El cirbonero Miguel Madurga y el alfareño Iñigo Revilla se hicieron con los trofeos de sub 8. Y el trofeo femenino fue para la alfareña Nora López.
La situación aconsejó no celebrar la tradicional chocolatada, que fue sustituida por la entrega de bollería y zumos, que se tomaron en el exterior. La tradición que sí se puede respetar fue la de la foto conjunta, de niños, padres, organizadores y ediles en las escaleras de la Colegiata. Una vez más los miembros del consistorio quisieron acompañarles en esta jornada.
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