El Gobierno ruso veta la exportación de cereales hasta finales de año

El Gobierno ruso ha decidido prohibir hasta finales de año las exportaciones de cereales después de que la ola de calor y los incendios que están asolando al país este verano hayan acabado con una parte importante de la producción. La medida tiene como finalidad evitar un incremento en el precio de los cereales, de los que este año sólo habría una producción de 60 millones de toneladas, frente a los 97 millones de anteriores años, según dijo el primer ministro, Vladimir Putin. Y, a pesar de ello, Rusia podría sufrir un déficit de cerca de 20 millones de toneladas de grano, según las estimaciones de la cadena británica BBC.

Pero esta medida puede tener repercusiones a nivel mundial, pues Rusia es uno de los mayores exportadores de cereales del mundo. Detener las exportaciones de sus cosechas, basadas fundamentalmente en el trigo, la cebada y el centeno, podría provocar un aumento de los precios para terceros países.

Según dijo Putin, no se descarta que la prohibición pueda extenderse más allá de diciembre de 2010, cuando está previsto que se levante el veto. Dimitri Medvedev, el Presidente ruso, se mostró más optimista a este respecto asegurando que la prohibición podría levantarse incluso antes de la fecha prevista en función de los resultados que se vayan obteniendo con la medida.

En cualquier caso, las expectativas de un recorte en la cantidad de cereales en el mercado mundial ha hecho saltar las alarmas de los mercados de contratos de futuros de trigo, donde ya se han registrado importantes aumentos de los precios. El riesgo derivado de esto es un posible incremento generalizado de los precios de los alimentos, que afectaría directamente a los bolsillos de las familias. Estas previsiones preocupan ya a algunos analistas, que ven en ellas un recuerdo claro de lo ocurrido en la crisis alimentaria de 2008. En este proceso tienen un importante peso las especulaciones y el miedo a la escasez de cereales en el futuro.