El Rioja Vega decide tras el descanso
El Bodegas Rioja Vega ha encontrado la manera de ganar. Lo hizo yendo de menos a más en Ávila y cimentó el segundo triunfo, seguido, de la temporada en una intensa segunda parte en la que mejoró sus prestaciones en las tareas defensivas. Desde ahí, y con un ritmo alto desde el comienzo del encuentro, los de Jenaro Díaz pasaron por encima, 88-69, de un Tormes abusón desde el triple (31 tiros y 10 anotados) e inferior en el rebote. Además, del trabajo coral de los anfitriones, destacó la labor de Saintel (autor de 23 puntos y 10 rebotes). También Dziuba fue importante en el último cuarto para concretar la victoria, así como la dirección de Noguerol o la pausa que daba, en ocasiones, Lafuente. Sin olvidarse del tino puntual de Jordan en el lanzamiento.
La velocidad que imprimía Saintel era el faro en el que quería sujetarse un Bodegas Rioja Vega irregular al que la falta asentar sus principios. En defensa comenzaron con desajustes y en ataque hubo bastantes imprecisiones. Pese a ello, el empate a 19 después de 10 minutos determinaba que los dos conjuntos estaban en predisposición de optar el triunfo. La igualdad, tanto para lo bueno como para lo malo, fue la tónica dominante en un primer cuarto en el que Tormes abusó del lanzamiento exterior. Al menos estuvo atento el conjunto local en el rebote defensivo, concediendo sólo uno en ataque en los 20 minutos iniciales. Los salmantinos alternaban con Sikiras y algún triple de Nathaniel y Sureda, mientras que los de Jenaro Díaz iban a impulsos.
Saintel era el mejor argumento de los locales, pero el juego era trabado, predominaban los fallos como ese saque de banda a falta de 19 segundos que se convirtió en campo atrás. El caso es que la irrupción de Iljings ayudó a los visitantes para hacer daño por dentro. 8 puntos seguidos del pívot letón dejaban un 21-25 en los primeros compases del segundo cuarto en el que Antúnez, desde el triple, tomó el relevo de su compañero para colocar un preocupante 26-33.
El técnico asturiano pidió tiempo muerto y el Rioja Vega reaccionó con un parcial de 10-0 liderados por Jordan y culminado por Saintel en apenas dos minutos largos. Vuelta a la alternancia hasta que el jamaicano se colgó del aro para dejar un 40-37 con el que marcharse a los vestuarios. Reflexionar, mejorar en lo que no se estaba haciendo bien y apuntalar por dónde se le estaba metiendo mano al Tormes.
Nissen y Jordan, entonados, además de una defensa más activa e intensa, aumentaron la renta hasta los diez puntos: 47-37. Sikiras frenaba la sangría desde la personal, mientras que Ramírez fue enseñando el camino para que fuera lloviendo menos para los salmantinos, 48-44 en la mitad del tercer período. Que el Rioja Vega se estaba aplicando atrás quedó patente cuando Noguerol recuperó una pelota y forzó la tercera de Sikiras. Ese gesto de rabia y de ánimo a la vez determinaba la voracidad de los logroñeses. Además, un ‘alley oop’ finalizado por Dziuba e ideado en la mente de Cuevas retomaba los 10 de ventaja, 54-44.
Hubo oportunidades para aumentar la diferencia, pero entre la precipitación, errores en las decisiones y falta de puntería, el Tormes se agarraba al choque como podía con una canasta fácil de Ehigitor, aunque Jalalpoor anotaba para dejar un jugoso 59-50 con diez minutos por jugarse.
El equipo de Jandro Zubillaga no se daba por rendido, como lo atestiguaba el triple de Sureda y la posterior canasta de Rivas. Sin embargo, el Rioja Vega pudo correr y Saintel culminó dos rápidas transiciones para abrir brecha: 68-55 con más de 7 minutos por delante. El jamaicano seguía con su fiesta particular para encadenar 9 puntos consecutivos y dejar a los suyos con casi todo hecho: 73-58.
Intercambio de canastas sin que los riojanos estuvieran excesivamente preocupados. Les era suficiente. Jenaro Díaz no quería que sus pupilos se relajaran pese a la diferencia, así que no dudó en pedir tiempo con el 80-63 a falta de dos minutos y medio para la conclusión. Jordan puso el 86-66, máxima diferencia para concretar la segunda victoria del curso más allá del triple posterior de Rivas y el mate con el que finalizó el duelo.
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