Eman entrega 11.000 firmas para seguir yendo a clase con velo: “Nos obligan a elegir entre religión y educación”
Cubierta por un velo y con un pañuelo palestino sobre los hombros, Eman ha acudido este martes a la Consejería de Educación del Gobierno de La Rioja para entregar las 11.000 firmas que ha recogido en las últimas semanas a través de la plataforma change.org. Son para ella la muestra de que no está sola en esta lucha, la que inició hace ya un mes cuando fue expulsada del instituto Sagasta de Logroño por negarse a quitarse el velo islámico para entrar al centro.
Desde entonces ha presentado varias quejas tanto a la consejería como al instituto, pero aunque ambas instituciones le han respondido, ninguna le ofrece una solución: su continuidad en este centro educativo pasa por acudir a clase sin velo. Es lo que lleva haciendo semanas a pesar de sentirse “humillada” por ello. “Tuve una reunión con la directora y me explicó que con tres partes me abrirían expediente y me podría quedar fuera del Bachillerato Internacional”, explica, “así que no podía enfrentarme a ellos individualmente porque además aquí en La Rioja no hay ningún otro centro donde pueda cursarse esta modalidad de Bachillerato. He tenido que cumplir con la norma”.
Esto supone para esta joven un verdadero problema. “Es muy humillante porque no hay ningún fundamento ni razón, me siento fatal porque todo el mundo me mira muchísimo, hay comentarios que no están bien y es muy vergonzoso”, explica, “me he puesto el pañuelo como musulmana y es muy humillante que venga una persona y te lo haga quitar. Dicen algunos que nos obligan a ponernos pañuelo, pero es que son los mismos que nos obligan a quitármelo. Déjame a mí ponérmelo por mi voluntad y quitármelo por mi voluntad también”.
Muchos profesores y la mayor parte de sus compañeros están apoyando su lucha. También ex profesores del IES Sagasta se han dirigido a la organización del Bachillerato Internacional que, hasta ahora, no ha dado ninguna respuesta. Ahora, con esta recogida de firmas, trata de demostrar que no está sola y confrontar el discurso de la directora del IES Sagasta que señala que no se puede cambiar la norma por una única alumna. Lo que no tiene claro es cuál será el siguiente paso. “Voy viendo poco a poco porque igual todo esto puede perjudicarme en mis estudios. Intento que no afecte”, explica.
Eman desmonta uno a uno los argumentos de la directora del centro. “Dice que los alumnos no pueden llevar la cabeza cubierta, pero ella equipara las capuchas y gorras con el velo islámico aunque tienen diferentes usos. Dice además que es un sesgo de género. Alega también que en los exámenes podría copiar con auriculares ocultos, pero le di la solución prestándome a enseñar las orejas antes de entrar. También decía que en los pasillos si hay un conflicto o un robo, si vamos cubiertos no se puede identificar bien a los alumnos. No tiene ningún sentido”.
Tiene también respuesta para aquellas voces que exigen a la población musulmana que se adapte a las normas de España igual que un español debe adaptarse a las normas de un país árabe cuando lo visita. “Las normas... ¿Qué norma hay en la Constitución española que diga que no puedes expresarte libremente? Ni siquiera en la normativa de mi instituto hacen referencia al hiyab. Si me dices que en Afganistán prohíben algo, es porque está en su norma. Pero es que aquí esa norma no existe. Si España es democrática hay que cumplirlo, porque es un derecho de cada persona”, insiste esta joven logroñesa que tiene hasta ahora brillantes resultados académicos.
Pide a la consejería de Educación que se pronuncie claramente sobre este asunto y recuerda que si prohíben el velo estarán “limitando la educación de las personas musulmanas” porque “obligan a elegir entre religión y educación, dos cosas fundamentales para una persona”.
De hecho, Eman no fue la única alumna que vio limitado este derecho. Como ella, la prohibición del uso del velo en este centro público de Logroño afectó a otras alumnas. Ellas decidieron quitárselo pero Eman en un principio se negó y por eso fue expulsada. Desde entonces ha habido numerosas movilizaciones y varias asociaciones de personas migrantes han denunciado que esta prohibición “atenta contra el derecho a la propia imagen que garantiza la Constitución, la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, la Declaración Universal de DD.HH., el Convenio Europeo de DD. HH. y obvia una sentencia del tribunal supremo en de 2013”.
Desde la Consejería de Educación del Gobierno de La Rioja se han lavado las manos alegando que la prohibición “se ajusta a derecho” y apelando a la “autonomía de los centros y sus reglamentos de funcionamiento”. Sin embargo, desde la Universidad de La Rioja, la Clínica Jurídica y de Intervención Social ha elaborado un informe a la consulta del AMPA del instituto sobre la prohibición del velo islámico. Concluye que el Reglamento de Organización y Funcionamiento del Centro no tiene cobertura legal suficiente y “no puede limitar derechos fundamentales como la libertad religiosa sin respaldo legal superior”. Además, recuerda que toda restricción a derechos fundamentales debe ser aprobada por ley orgánica, responder a un fin legítimo y ser proporcional, requisitos que, según recoge el informe, este reglamento “no cumple”.
En cualquier caso, Eman sabe que tiene por delante dos años en el instituto más antiguo de Logroño, el IES Sagasta. Es la única opción que tiene si quiere cursar en La Rioja el Bachillerato Internacional, al que se accede con excelentes calificaciones y nivel alto de inglés. Después, estudiará Derecho. Lo tiene claro. “Esto que me está pasando no tiene ningún fundamento legal y eso me avergüenza todavía más”, concluye.
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