Enésima final para un Barça en descomposición
Al Barcelona le espera este miércoles (20.45 horas) ante el Schalke 04 alemán un partido de alta tensión en el Camp Nou, después de sufrir el pasado domingo la primera gran bronca de los aficionados culés durante el mandato de Joan Laporta, puesto que prácticamente se juega la temporada en la Liga de Campeones, en la que parte con la ventaja obtenida en el partido de ida disputado en Alemania (0-1) gracias a un gol de su jugador más joven, Bojan Krkic.
Con el triunfo de la semana pasada en Gelsenkirchen, los azulgrana encauzaron su pase a las semifinales de la Liga de Campeones y ahora deben rematar la clasificación en el Camp Nou, donde el barcelonismo se dará cita tres días después de vivir la primera protesta masiva del público con Laporta en el palco y con Rijkaard en el banquillo y de haber dejado escapar una nueva ocasión para reengancharse a la carrera por el título de Liga.
La jornada del domingo ha situado a Laporta en su momento más difícil como presidente, después de mostrar su discurso más visceral en un mitin ante los peñistas atacando al entorno mediático y de recibir después la pañolada de la grada, justo antes de un partido que marcará el futuro del Barça: si no falla, mantendrá la ilusión por la 'Champions' y por un cruce con el Manchester United en la semifinal, pero, si cae, la crisis será mayúscula. Apeado de la Copa del Rey hace dos semanas, y a siete puntos del Real Madrid en la Liga, en la que ha ganado un partido de los seis últimos y está desaprovechando las oportunidades que le ha ido regalando el conjunto madrileño, el Barça corre riesgo de sumar un segundo año sin títulos y se asoma a la Liga de Campeones para dar el salto hacia el éxito o hacia el vacío. Y se la juega sin figuras como Ronaldinho, Messi ni Deco, lesionados.
VENTAJA, RIVAL ASEQUIBLE Y AMBIENTE DE TENSIÓN.
El Barcelona se enfrenta a un rival asequible, tanto por su apuesta futbolística como por su historia, pues el Schalke nunca ha jugado en el Camp Nou y solamente había llegado una vez a los cuartos de final de la Copa de Europa, a finales de los años 50, pero, seguramente, su peor enemigo puede ser el propio Barça, su fragilidad incluso cuando tiene un marcador favorable, y ahora también el ambiente de tensión en la grada.
El equipo de Rijkaard no ofrece garantías en defensa ni en ataque, donde se espera más de Eto'o y de Henry, aunque Bojan le está dando aire y goles en los últimos tiempos, y se ha mostrado vulnerable en varios partidos en que se dejó remontar (4-2 en el Calderón, 2-2 en Almería después de recibir dos goles en las jugadas a balón parado, que son la principal amenaza del Schalke, y 3-2 ante el Betis después de llevar dos goles de ventaja).
El 0-1 convierte al Barcelona en claro favorito para alcanzar las semifinales de la Copa de Europa, por décima vez en la historia del club, pero el equipo azulgrana también ofreció dos caras en Gelsenkirchen y acabó sufriendo en la segunda parte, en la que los alemanes le perdieron el respeto que le habían tenido en la primera parte, como les recriminó su entrenador, y sólo les faltó algo de puntería para lograr el empate. El Barça, además, ha perdido autoridad en el Camp Nou. En la 'Champions' ha ganado sus cuatro partidos, pero no pudo con el Valencia en la Copa (1-1) ni con el Getafe, si bien tuvo ocasiones y se estrelló tres veces contra los palos, y cayó con el Villarreal (1-2). Además, cuenta con jugadores mermados de condiciones físicas, como Touré, que con una hernia discal aguanta lo que puede hasta las segundas partes, Milito o Eto'o.
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