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Faltó un gol más

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El Zenit ruso, que acabó el partido con nueve hombres y con mucho sufrimiento, apeó al Villarreal en el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA, por el valor doble de los goles marcados a domicilio, ya que la eliminatoria acabó con un global de empate a dos tantos y así los de Advocaat se medirán al Olympique de Marsella en la próxima ronda.

El equipo que entrena Manuel Pellegrini no ha dado su verdadero nivel en toda la eliminatoria y sólo fue superior en el último cuarto de hora del encuentro disputado hoy en El Madrigal, cuando el Zenit se quedó con dos hombres menos. El bloque español no ha estado cómodo en ninguno de los dos partidos y su inoperancia ofensiva, unida a dos errores puntuales de Diego López, lo han dejado fuera de la UEFA. Los tantos de Guille Franco (min. 75) y Tomasson (min. 89) maquillaron la eliminación.

La ilusión de Villarreal duró media hora, justo hasta que el delantero ruso Pavel Pogrebnyak marcó el 0-1 después de un error en la salida de Diego López que no acertó a despejar el saque de una falta. El defensa central Lombaerts se la quitó de las manos con la cabeza y el balón fue a parar donde estaba Pogrebnyak que marcó a puerta vacía. Quedaba una hora de partido y el Villarreal más que apelara la épica, tenía que hacerlo a la heroica porque necesitaba tres goles para superar la eliminatoria.

El conjunto que entrena Manuel Pellegrini tuvo el control durante la primera media hora, ante un conjunto ruso diseñado para jugar al contragolpe. Antes del gol, los hombres que dirige Dick Advocaat sólo crearon dos ocasiones de peligro y ambas llegaron tras sendos saques de esquina. Sin embargo, el equipo local, a pesar de tener el dominio no tiró a la portería defendida por Malafeev.

El gol de Pogrebnyak noqueó a los amarillos que durante el último cuarto de hora de la primera mitad corrieron como pollos sin cabeza. El habitual orden y la disciplina del Villarreal desapareció y el Zenit a punto estuvo de sentenciar la eliminatoria si Fayzulin no hubiera desaprovechado una clara ocasión de gol a falta de tres minutos para llegar al descanso.

MÁS POTENCIAL OFENSIVO

El técnico chileno se la jugó antes de comenzar la segunda parte al retirar del campo al mediocentro Josico y dar entrada al delantero Guille Franco. Además, la suerte se alió con el Villarreal porque el central Shirokov vio la segunda amarilla al minuto de la reanudación y el Zenit se quedó con un hombre menos para toda la segunda mitad. Pellegrini volvió a mover pieza rápidamente y metió en el campo al turco Nihat por el italiano Rossi.

La pérdida de un jugador hizo que el equipo ruso se quedara sin salida y se viera obligado a dar un paso atrás. El Villarreal tenía el balón y tres cuartas partes del terreno de juego. Las ocasiones empezaron a llegar y Tomasson remató de cabeza un centro de Pires que se marchó fuera por muy poco. El problema del Villarreal es que empezaba a jugar contra el tiempo, aunque el partido fuera un monólogo suyo.

A medida que transcurrieron los minutos, a los locales empezaron a entrarles las prisas por lo que multiplicaron sus errores ante un Zenit bien plantado y que apenas notó la ausencia del expulsado. Pellegrini oxigenó el centro del campo y retiró a un Senna recién salido de una lesión y dio entrada al canterano Bruno a falta de media hora para concluir el choque.

El tanto de Guille Franco en el minuto 75 abrió una grieta de esperanza al conseguir el empate a uno tras cabecear un saque de esquina. El tanto espoleó al equipo y a la afición que todavía creía en la remontada con un cuarto de hora por delante. El equipo visitante jugó los últimos diez minutos con nueve hombres por la expulsión de Sirl y Tomasson marcó el 2-1 a falta de un minuto para acabar el encuentro para darle toda la emoción a los cinco minutos de añadido que dio el árbitro. La reacción llegó demasiado tarde y el Villarreal nadó mucho para morir en la orilla.

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