La Copa se le atraganta a la U.D. Logroñés
U.D. Logroñés:
Rubio; Pepe, Molina, De las Heras, Izquierdo; Gaspar, Gibanel (Guira, 55'), Nacho, Iñaki (Popo, 60'); Osado y Gregory (Cervero, 70').
Valencia C.F.: Moyá, Jordi Alba, Dealbert, Maduro (Stankenvicius, 51'), Miguel; Mata (Vicente, 66'), Albelda, Ever Banega, Joaquín; 'Chori' Domínguez y Adúriz (Soldado, 61').
Goles: 0-1: Adúriz (Min. 54'); 0-2: Adúriz (Min.59') y 0-3: Vicente (Min. 70'). Árbitro: Undiano Mallenco (Navarro). Amonestó a Ever Banega, 'Chori' Domínguez y Albelda del Valencia; y a Iñaki, de la U.D. Logroñés.
Incidencias: Partido correspondiente a los dieciseisavos de la Copa del Rey disputado ante unos 8.000 espectadores en el estadio de Las Gaunas. Se guardó un minuto de silencio en memoria del ex-presidente del Valencia, Arturo Turzón.
U.D. Logroñés - Valencia C.F, 0.3
No se cumplió el dicho de 'a entrenador nuevo, victoria segura' y esque la enmienda era muy complicada. La U.D. Logroñés recibía en Las Gaunas a un equipo Champion League, el Valencia C.F., en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, pero el conjunto blanquirrojo no pudo dar la sorpresa a pesar de vivir un ambiente de fiesta como hacía tiempo que no se vivía. Una fallera, la presidenta de la casa de la Comunidad Valenciana inaugurada recientemente, fue la encargada de realizar el saque de honor.
Pero Aduriz, que firmó doblete, y Vicente, que culminó una gran jugada de Joaquín en línea de fondo, aguaron la fiesta riojana con tres goles en la segunda parte que sentenciaron prácticamente la eliminatoria.
A pesar del resultado, excesivo castigo según lo visto en el terreno de juego, el Logroñés dio la cara, luchó, corrió y demostró carácter. Es decir, algo que hasta ahora en pocos partidos se le había visto; sudó la camiseta, como quería su entrenador, e hizo un gran desgaste en el primer tiempo que luego pagó en el segundo. Salió sin miedo a disfrutar aunque le faltó finalizar más las jugadas.
Pero las individuales del Valencia, con un Joaquín muy entonado por la banda a pesar de venir de una lesión y estrenarse en las Gaunas, un Mata enchufado en las asistencias y un Aduriz con el gol de cara, terminaron por matar el partido.
Con una defensa poco habitual en el equipo ché el Logroñés mantuvo una fuerte presión en toda la primera parte, sorprendiendo al propio rival y haciéndole complicadas sus salidas desde el área; mantuvo muy bien la línea defensiva, dejando al rival en fuera de juego y presionando el medio campo del Valencia.
Pero las ocasiones tardaban en llegar. Los primeros disparos fueron obra de Joaquín desde lejos y con más puntería del Chori. El equipo de casa también lo intentó llegando con velocidad por el centro. Osado y Gregory en la punta de ataque recibían balones pero no lograban perforar la meta rival.
Y aunque el equipo local apretaba era el conjunto ché quien se iba creciendo y haciéndose dueño y señor del campo. Rubio estuvo perfecto en estos primeros minutos desbaratando las ocasiones valencianistas, como un cabezazo endiablado de Jordi Alba. Aunque las individualidades del Valencia terminarían por resolver el partido, en estos primeros 45' los valencianistas estuvieron discretos y faltos de motivación.
Ante este panorama, el equipo local se vino arriba y con el cero a cero al descanso, las ilusiones locales permanecían vivas. Pero poco duró la alegría en el seno blanquirrojo porque Juan Mata, el mejor del equipo ché, se encargaría de asistir en dos ocasiones al delantero vasco del Valencia, Aduriz, que continúa en estado de gracia, haciendo subir al luminoso dos goles que prácticamente sentenciarían el choque.
Aún con el resultado en contra, el Logroñés no bajó la cabeza y no dejó de correr aunque en honor a la verdad el equipo riojano apenas creó oportunidades claras. El partido terminó sentenciándose con el tercer y definitivo gol de Vicente tras un rechaze dentro del área chica.
Las cosas podrían haber cambiado si el colegiado hubiera pitado un penalti claro de Stankenvicius sobre Molina, momento de confusión y de protestas airadas que aprovechó el Valencia para salir a la contra y con el rival desajustado marcar el primer tanto. Pero para ganar hay que marcar goles y el Logroñés no pudo ni supo abrir su lata.
Finalmente, ovación generalizada de los aproximadamente 8.000 aficionados que se fueron con una buena sensación
. Vieron otra cara de su equipo, luchador, bien plantado a nivel defensivo y en el medio campo, destacando la labor de Nacho y Gibanel, aunque con falta de chispa en la delantera e intensidad conforme pasaban los minutos. Algo en lo que tendrá que seguir trabajando el nuevo técnico, Sergio Pellicer.
Como nota anecdótica, el pitido final conllevó invasión de campo con aspersores incluidos. Más de uno se fue mojadito a casa.
0