La crisis afecta poco a las vacaciones de los riojanos
“No tenemos ni un duro” afirma un mujer de mediana edad, que asegura que no se irá de vacaciones debido a la crisis y a la hipoteca. Sin embargo, lo dice en una terraza tomando un aperitivo. Es la paradoja de la crisis, como nos indica un empresario de Fuenmayor que cuenta con dos establecimientos hosteleros.
“Yo no he notado la crisis, los dos restaurantes están siempre llenos” afirma. La sensación de crisis es mayor que la real. Aunque es cierto que muchos se quedarán en casa por que hay que ahorrar, otros no han variado ni un ápice sus vacaciones.
“Me marcho la semana que viene a hacer un crucero” nos cuenta un padre joven que empuja un carrito de un niño de tres años. “El año pasado nos fuimos de vacaciones” apunta una mujer acompañado de su marido y dos hijos, “pero este año nos quedamos en casa. No se puede”.
Es la cara y la cruz de una crisis de la que se habla hasta la saciedad y que atemoriza a una parte de la sociedad mientras que a otra, más optimista, no se deja llevar por los malos augurios.
Según Viajes Eroski de Logroño, no se ha notado apenas el recorte de vacaciones en la oficina de la Agencia aunque sí que afecta al precio del hospedaje y se aprovechan las ofertas que la Agencia posee.
Según la Federación Española de Agencias de Viajes (FEAAV) se ha rebajado la previsión para esta año a menos del 4 por ciento y los hoteleros reconoce un recorte del tiempo de estancia en los establecimientos del 10 por ciento.
Los riojanos no renuncian a sus vacaciones pero miran con lupa los precios. Hay otras opciones como la de alojarse en campings o albergues, establecimientos que han visto aumentar sus ocupaciones y que se benefician con este “psicosis” del ahorro.
Otra opción es marchar al pueblo de toda la vida, una opción a la que se han agarrado muchos riojanos: alojamiento gratuito, gran confort y sobre todo, no hay la aglomeración de una playa de Málaga. Es para pensárselo.
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