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La declaración de una acusada y el “salto cualitativo” en los delitos agilizó la investigación a los 'Payasos Justicieros'

La declaración de una acusada y el "salto cualitativo" en los delitos agilizó la investigación a los 'Payasos Justicieros'

Rioja2

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Turno para los agentes que realizaron la instrucción en el caso de los 'Payasos Justicieros'. Este miércoles, en la séptima jornada del juicio, uno de los policías nacionales ha relatado cómo la declaración de una acusada, T.G, y el “salto cualitativo” en los delitos agilizaron la investigación.

En una ciudad como Logroño, y con unos delitos tan concretos, la investigación comenzó cuando se descubrieron una serie de incendios en un escaso espacio de tiempo. Se empezó a hablar con los perjudicados y “señalaron todos al mismo grupo de personas”.

A la vez, iba “subiendo la intensidad” de los delitos y pasaron a quemar garajes. Así, se llegó a la detención de los individuos y se les requisaron los teléfonos móviles, que “confirmaron las sospechas”. Una vez entraron en prisión “se cortaron los incendios”.

Hoy también se ha sabido que una de las acusadas amplió el número de investigados. T.G, motivada por su padre, testificó en comisaría y lo hizo “colaboradora pero intentando minimizar su responsabilidad”.

El policía ha señalado cómo ella tenía “información tan profunda del ilícito que tenía que haber sido participe”. Ha explicado que manifestó que “el novio era el autor” y que ella estaba presente, pero “obligada”. “Yo creo que algo también participó, y también es verdad que los agraviados eran exparejas o conocidos suyos”, ha añadido.

Y un detalle más: la primera noticia que se tiene de N.M es “la declaración” de T.G. “Antes ni conocíamos su existencia”, ha dicho el agente.

Pero, además, un testigo “ajeno a los investigados”, como pudo ser una vecina de la Plaza de Otoño, dijo haber visto a una chica y tres chicos. De los interrogatorios “se desprendió” que fueron I.A, su hermano, otro menor y N.M.

En cuanto al hecho de que se retuvieran los teléfonos móviles de los acusados, un agente ha explicado que “las sospechas tienen que ser fundadas cuando una autoridad judicial da acceso a un teléfono móvil”.

A los acusados, además, se les incautó una garrafa con gasolina tras una persecución policial por la rotura de unas marquesinas. Una persecución a gran velocidad de tal forma que los agentes deben ceder el paso para no colisionar. La conductora era T.G.

Sumando pequeños indicios

Los agentes también han relatado cómo fueron “sumando pequeños indicios”. Por ejemplo, el hecho de que un vehículo apareciera en el Paraje La Rad, frecuentado por los acusados, y comprado en el taller del padre de uno de ellos.

De este modo, cuando se llega a pedir los teléfonos móviles los “indicios” que se habían sumado eran tanto “lo que decía la gente”, como que llevasen una garrafa de gasolina el día que se les detuvo por el destrozo de marquesinas. “No había prueba categórica pero sí muchos indicios”, ha dicho un agente.

A esto se suman fotos de vehículos, en los perfiles de redes sociales de T.G y D.L, en las que “se veía que había sido antes de ser golpeado y tirado por la pendiente” el coche.

En cuanto al incendio en Doce Ligero, no hay prueba de mensajes de texto porque sucedió el 25 de julio, después de que se les intervinieran los teléfonos pero antes de su ingreso en prisión (que se produjo el 6 de agosto).

En las pesquisas de este incendio, el más grave de los tres, se trabajó con el testimonio de un vecino que dijo haber visto a dos chicas entrando en el garaje, pero no se pudo confirmar quiénes eran. Sin embargo, por el 'modus operandi' la investigación policial apuntó a los cuatro acusados.

Durante la investigación, ha insistido la policía, la información “de quiénes podían ser” procede de la relación de perjudicados, que en todos los casos habían tenido algún conflicto con ellos y, casi siempre, eran exparejas de T.G o amigos suyos.

El primero en apuntar a ellos fue, precisamente, una expareja de ésta, que le vio a ella y a D.L riéndose mientras ardía su coche. Las “sospechas de la calle” se sumaron a fotos de perfil de D.L y T.G con coches calcinados.

“Con el salto cualitativo”, por el incendio en garajes, “se agilizó todo” ya que, a la vez, el padre de T.G informa a dos policías locales de que su hija quiere declarar.

La investigación apunta, también, que los hechos ocurridos tienen siempre algún comentario relacionado en los teléfonos móviles de los acusados; salvo en el incendio de Doce Ligero, “porque estaban incautados”, ha apuntado un agente. Así, por ejemplo, T.G “contesta riéndose a un tuit de los bomberos”. Además, hay audios de voz tanto de T.G como de D.L; este último “diciendo que cada día se unen más”.

A los cuatro acusados (D.L y T.G; I.A y N.M, dos parejas de novios) se les acusa de quemar diez automóviles (seis en el lugar donde estaban aparcados); robar y quemar una moto; incendio en las instalaciones de Bodegas Marqués de Murrieta; dos automóviles dañados (uno abandonado en el Monte Cantabria); y el incendio en tres garajes comunitarios de Logroño.

Los investigadores, además de un trabajo a pie de calle, enfocaron sus pesquisas en las redes sociales, donde los detenidos, siguiendo fuentes policiales, se jactaban de lo hecho y se autodenominaban 'Payasos Justicieros'.

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