La población riojana respiró aire contaminado en 2021, según Ecologistas en Acción
Ecologistas en Acción de La Rioja ha señalado la situación de la contaminación en La Rioja, según los datos de las 5 estaciones de control, una perteneciente al Gobierno de La Rioja y las otras cuatro a las redes de vigilancia de las centrales térmicas de ciclo combinado de Castejón (Navarra) y Arrúbal.
La asociación ecologista advierte que “la actual estación de Logroño incumple el criterio de macroimplantación relativo al ozono. Resulta elemental por ello que el Gobierno de La Rioja se esfuerce por mejorar la medición de la calidad del aire en La Rioja”.
En La Rioja, los contaminantes que más incidencia presentaron en 2021 fueron el ozono troposférico, las partículas PM10 y PM2,5 y el dióxido de nitrógeno (NO2), aunque en mucha menor medida que en los años anteriores a la COVID-19, por la reducción general de la movilidad y la actividad económica derivada de la lucha contra la pandemia.
Como en el resto del Estado y al igual que en 2020, en La Rioja el año pasado disminuyeron significativamente las concentraciones de ozono, como resultado de la fuerte caída de las emisiones de sus principales precursores, los óxidos de nitrógeno (NOx).
En conjunto, según Ecologistas en Acción, se redujeron las superaciones del valor objetivo legal para la protección de la salud en un 61% respecto al promedio del periodo 2012-2019, siendo las registradas en 2021 las más bajas de la última década, tras las de 2020. La mejoría de la situación fue en especial relevante en la capital regional, sin superaciones del valor objetivo.
La única estación que alcanzó niveles significativos de ozono troposférico ha sido Alfaro, registrando numerosas superaciones del valor octohorario recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), por encima de los 25 días que son la referencia anual (en el promedio de tres años) establecida por la normativa para evaluar este contaminante. No obstante, todas las estaciones superaron la nueva guía estival de la OMS (60 μg/m(3)), mostrando la persistencia de esta contaminación entre abril y septiembre.
Como es habitual en La Rioja, ninguna de las estaciones de la Comunidad superó el más laxo objetivo legal para este contaminante, en el periodo 2019-2021, habiendo sido escasas en 2021 las superaciones del objetivo a largo plazo. Finalmente, un año más ninguna estación excedió los umbrales de información y alerta a la población, ni siquiera durante las olas de calor de finales de julio y mediados de agosto.
Tampoco ninguna estación superó el objetivo legal para la protección de la vegetación en el quinquenio 2017-2021, si bien La Rioja Rural sobrepasó el objetivo a largo plazo en 2021, por lo que puede concluirse que la práctica totalidad de los cultivos, montes y espacios naturales de La Rioja estuvieron expuestos a niveles de ozono perjudiciales para la vegetación.
En relación a las partículas PM10 y PM2,5, todas las estaciones riojanas sobrepasaron los medios anuales y/o diarios recomendados por la OMS para ambos contaminantes, siempre dentro de los valores límite legales, mostrando sus concentraciones medias durante 2021 caídas significativas respecto al promedio del periodo 2012-2019, el 8% en el caso de las PM10 y el 18% para las PM2,5, pese a la mayor frecuencia de los episodios de intrusión de polvo africano, especialmente en el primer trimestre del año.
El dióxido de nitrógeno (NO2) volvió a tener sus peores registros en la ciudad de Logroño, como consecuencia del intenso tráfico motorizado que soporta, y pese a estar ubicada su única estación de medición en una calle sin apenas tráfico. Aunque durante 2021 no se registraron superaciones de los valores límite de este contaminante, la estación de La Cigüeña excedió las nuevas guías diaria y anual de la OMS. En concreto, la guía diaria (25 μg/m(3)) se superó en la misma durante 25 días, alcanzando una concentración media anual de 12 μg/m(3), por encima de los 10 μg/m(3) recomendados por la OMS. La reducción media de los niveles de NO2 en La Rioja durante 2021 fue en conjunto del 16% de la concentración del periodo 2012-2019, el descenso más bajo en todo el Estado.
Los niveles de los restantes contaminantes medidos (dióxido de azufre, monóxido de carbono y benceno) presentan en La Rioja escasa relevancia, por debajo de los límites legales y las recomendaciones de la OMS.
El cuadro general que presenta La Rioja es el de un territorio rural con problemas de contaminación por ozono troposférico, causados por las emisiones procedentes del tráfico motorizado que circula por la ciudad de Logroño, las carreteras interurbanas y las centrales térmicas de ciclo combinado de Castejón (Navarra) y Arrúbal. La ciudad de Logroño también se ve afectada habitualmente por NO2 y partículas PM10 y PM2,5, éstas últimas las más peligrosas, si bien la única estación de medición con que cuenta (no orientada al tráfico y en la actualidad situada en una calle peatonal) y el sistema de mediciones indicativas que utiliza resultan insuficientes para caracterizar la situación.
Como consecuencia, y pese a la significativa mejora de la calidad del aire por efecto de las medidas de lucha contra la COVID-19, toda la población riojana respiró en 2021 un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS, y la práctica totalidad del territorio estuvo expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación.
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