La Rioja sale a la calle contra la violencia machista: “No son cifras, son asesinatos”

La Rioja sale a la calle contra la violencia machista: "No son cifras, son asesinatos"

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“No son cifras, son asesinatos”. Bajo este lema, muchas riojanas y riojanos han salido a la calle este 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en una concentración convocada por la Plataforma 8 de marzo.

El acto se ha desarrollado en El Espolón a partir de las 20 horas y las organizaciones convocantes han colocado carteles recordando por sus nombres a las víctimas de la violencia machista en nuestro país.

Además, se ha leído el siguiente manifiesto:

Con motivo del 25 de Noviembre de 2021, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, manifestamos nuestro compromiso activo, determinante e irrevocable en erradicar todas las violencias machistas y las causas que la originan o favorecen; una violencia que en sus diferentes manifestaciones impide a las mujeres el ejercicio pleno de sus derechos, entre otros, el derecho a la libertad, la seguridad, la autonomía, la igualdad y la dignidad; que, además, afectan gravemente a su salud, condiciones laborales y de vida, generando a las mujeres numerosas secuelas físicas, sexuales, psicológicas, económicas y sociales.

La Violencia de Género, tal y como indica Naciones Unidas es el resultado de “unas relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres que persiste como una crisis silenciosa”, la cual no podemos normalizar.

Señalamos la importancia de conocer, detectar y actuar contra las distintas formas de violencia machista hacia las mujeres, que además de constituir una violación grave de los derechos humanos y de los derechos constitucionales, supone la manifestación más dramática de las desigualdades y discriminaciones por razón de sexo-género que se mantienen en una sociedad de raíces patriarcales. Manifestamos que se trata de una violencia sistémica, concretada en sus diferentes manifestaciones físicas, psicológicas, sexuales, económicas… por hombres con creencias patriarcales que no reconocen los derechos y autonomía de las mujeres y que pretenden mantenernos bajo su control y sujeción, impidiéndonos con coacción y violencia el ejercicio pleno de nustros derechos fundamentales.

Nuestros cuerpos siguen siendo campos de batalla en multitud de frentes, donde la violencia sexual es su máxima expresión. Violencia respaldada por la cultura de la violación que prima los deseos del hombre sobre la integridad de las mujeres y nos culpabiliza de esa situación. Cada 4 horas una mujer es violada en España. Según la macroencuesta de violencia contra la mujer publicada por el ministerio de igualdad solo el 8% de las mujeres que sufren agresiones sexuales fuera de la pareja acude al juzgado, policía o Guardia Civil. La mayoría de los agresores son hombres el 99,6 % y un 60 % fue cometido por conocidos, amigos o familiares.

Nuestros cuerpos siguen usándose como fuentes de ingresos. Un negocio millonario que sustenta la feminización de la pobreza y la vulnerabilidad de las mujeres que permite la esclavitud sexual y los vientres de alquiler. Exigimos el cierre de los prostíbulos y una alternativa digna para las mujeres prostituidas, cualquiera sea su situación administrativa y de procedencia, así como endurecer las condenas por proxenetismo, para que traficar con nuestros cuerpos no salga tan barato.

En España, aunque sí existe un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, aún enfrentamos importantes retos en la erradicación de esta violencia. El primero de ellos es la falta de conciencia sobre el problema mismo, especialmente entre las personas jóvenes. Si bien una parte de la población está cada vez más informada y sensibilizada sobre el problema, otra le da totalmente la espalda e incluso lanza mensajes constantes cuestionando su existencia.

Los datos están ahí. Desde enero del año 2003 hasta el día de hoy, se han contabilizado 1.118 víctimas mortales por violencia de género (37 en lo que va de año) y 327 niños huérfanos menores de 18 años, 21 este año. Desde 2019, se han interpuesto 1.743.680 denuncias por Violencia de Género y 452.095 órdenes de protección, 652.795 mujeres han sentido el apoyo a través del sistema VIOGEN. Según la “Macroencuesta de violencia contra la mujer”, el 34,2% de las mujeres han sufrido violencia a manos de sus parejas o ex parejas, y el 47, 2% no han denunciado ni han utilizado los servicios públicos de ayuda. En lo que a mujeres jóvenes se refiere, las cifras aumentan notablemente. Además, el levantamiento del estado de alarma, en mayo de 2021, trajo consigo un repunte de casos y una evolución incierta, pues aún sufrimos los estragos de la pandemia.

Otro de los retos que tenemos que afrontar es el cambio de enfoque para conseguir eliminar la violencia de una vez por todas. De las 37 mujeres asesinadas este año, solo 8 habían denunciado previamente a su agresor. Esto indica que, la mayoría de las veces, la violencia se queda en casa, siendo difícil su detección.

En Europa, los datos de violencia de género son alarmantes, mientras que la acción política y legislativa para hacerle frente es escasa y desigual. De hecho, aún no está tipificada como eurodelito.

El apoyo a las víctimas por parte de familiares, amigos o conocidos es fundamental para que ellas se decidan a interponer una denuncia y frenar su situación de violencia. El problema es que hay mujeres que se encuentran realmente solas, no tienen a quién acudir. En muchos casos, además, están desempleadas o tienen un trabajo precario que no les permite la independencia económica, atándolas aún más a su agresor. Por ello, crear una red de personas que las animen a seguir adelante es vital. Aunque la erradicación de la violencia de género pase por la visibilización del problema y por un cambio profundo en la educación, las acciones de apoyo son imprescindibles para proteger a las mujeres de los ataques.

Instamos a que se cumplan los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas que sitúan la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas en el centro del desarrollo sostenible, para lo que se requiere garantizarles el derecho a una vida libre de violencias machistas. Y reclamamos al gobierno la ratificación urgente del Convenio 189 de la OIT y la aceleración del proceso de ratificación del 190 ya emprendido.

Exigimos tolerancia cero contra todas las violencias machistas y nos sumamos a luchar por la erradicación de todo tipo de conductas de violencia contra las mujeres, por la mejora de sus derechos y de su protección, entendiendo que por nuestra actuación en el ámbito laboral debemos denunciar y participar activamente en la prevención y protección frente al acoso sexual y al acoso por razón de sexo en el trabajo y en la mejora de los derechos socioeconómicos y laborales de las mujeres víctimas de estas violencias machistas.

Por último, en este 25 de noviembre de 2021, desde la Plataforma 8 de Marzo, queremos recordar a todas las víctimas y a sus familiares, con el máximo deseo de que en un futuro no muy lejano se acabe con esta lacra y con el convencimiento de que no existan barreras ideológicas que pongan freno a una lucha común. Pedimos a los poderes públicos voluntad política para no retroceder y seguir avanzando en la lucha contra la violencia machista y hacemos un llamamiento a la sociedad en general para conseguir un cambio de valores en los y las más jóvenes y apelar al respeto, a la dignidad y al valor social de las mujeres como sujetos poseedores de derechos fundamentales como la libertad, la integridad y la igualdad.

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