La voz rota de Imelda May

El sábado, el gentío se agolpaba frente a la taquilla del Palacio de los Deportes pasadas las 21:30 horas . Antes de llegar ya se oían rumores de que no había entradas. Unos hacían fila para recoger las que habían reservado vía telefónica, otros para entrar recorriendo ese serpenteante camino vallado. Otros llamaban y se agarraban a la útopica idea de conseguir una entrada de alguién que no había podido ir en el último momento. Algunos incluso pensaron hasta en escalar el edificio y por el tejado acceder a las escaleras de emergencia. Lo que está claro es que Muchachito tiene un público fiel en Logroño.

Sin embargo, el domingo se podía estar a gusto incluso en la parte de abajo, con la gente ansiosa de escuchar buena música y algo sorprendente y diferente. Las gradas estaban también casi repletas, sin contar los asientos de los laterales, desde los que es imposible apreciar el escenario y lo que allí está sucediendo.

New York Ska Jazz Ensemble ha dado un toque muy cálido al ambiente con saxo, flauta, guitarra, órgano, trombón, percusión, trompeta… Una banda de ska-jazz que cuenta con 15 años de trayectoria y con músicos de gran experiencia y reconocimiento. Han versionado algunos temas conocidos y han presentado su nuevo trabajo: ‘Step Forward’.

Y luego ha llegado Imelda May y su presencia escénica se ha relegado a un segundo plano cuando ha lanzado el primero de sus aullidos a la luna. Y cogía el micrófono y le susurraba y le rugía y lo partía, mientras un primer plano en la pantalla gigante la desnudaba. Y la gente bailaba y decía: “Cómo me gusta” o “Qué fuerza tiene”. La verdad es que lo de esa mujer es una mezcla entre salvaje y frágil. Un cóctel explosivo y arrollador. Otros han hecho alusión al aspecto británico del contrabajista asegurando que no se saltaba ni un té a las cinco de la tarde.

‘The Go! Team’ ha entrado después en el escenario dejando las cosas bien claras desde el principio: “Esto es espectáculo”. Esta formación musical, compuesta por exóticos jóvenes británicos, ha desplegado desde el minuto uno la energía de sus samples y scratches en sus temas, que se han movido entre las aguas del rap y el indie. Bastante público marchó detrás de Imelda May y otros se fueron poco a poco.