Las tortugas bobas vuelven a España
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha trasladado 1.400 huevos de tortuga boba (Caretta caretta) a España procedentes de Cabo Verde. Mil huevos se han quedado en Canarias y 400 se han enviado a Andalucía, donde 150 se han depositado en incubadoras de la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla, y 250 se han colocado en nidos de arena en playas vírgenes del Parque Natural de Cabo de Gata, en Almería.
El objetivo del proyecto, dirigido por el investigador del CSIC Adolfo Marco, es determinar si las playas españolas son adecuadas para restaurar la anidación de esta especie. En la actualidad se encuentra severamente amenazada en todo el planeta y sufre alta mortalidad en Cabo Verde, donde reside la tercera población más importante del mundo.
Marco explica: “Si la restauración de la especie es viable en España, se plantearía la traída de huevos durante al menos diez años, así como la liberación de tortuguitas en playas españolas para que retornen a las playas de nacimiento tras su maduración, dentro de 10 ó 20 años. De esta forma, consolidarían una anidación estable en el litoral español”. Esta técnica de restauración de anidación se ha ensayado en Estados Unidos con huevos de tortuga lora procedentes de México. “Tras 35 años, la restauración es un gran éxito”, afirma el investigador.
CUESTIÓN DE TEMPERATURA
El investigador del CSIC Juan Patiño, de la Estación Biológica de Doñana, del CSIC, fue el encargado de depositar los huevos en las playas del Cabo de Gata. En cada nido se colocaron varios termómetros que registran la temperatura cada media hora y que permiten a los investigadores hacer un seguimiento de las condiciones de incubación, para verificar que el desarrollo embrionario ocurre en condiciones óptimas.
“Las playas de Canarias y Andalucía son idóneas para la cría de tortugas ya que el sexo de estos animales viene determinado, fundamentalmente, por la temperatura a la que se incuban los huevos y en estas playas se dan las temperaturas adecuadas para producir tanto machos como hembras, lo cual podría amortiguar el sesgo que se da en otras playas por el calentamiento global” aclara Patiño. “Este programa también pretende evaluar, en cautividad, el potencial de las tortugas como controladoras naturales de las plagas de medusas, ya que son grandes depredadoras de estos animales”, añade el investigador.
Asimismo el desarrollo de este estudio permitirá profundizar en el conocimiento de la importancia de la información magnética terrestre en la orientación de las tortugas bobas y en el comportamiento de navegación de tortugas jóvenes, gracias al seguimiento mediante emisores de ultrasonidos y por satélite.
La tortuga boba es la más común en el Mediterráneo occidental. Se conoce su anidación en España desde el siglo XIX, y probablemente sea mucho más antigua, pero en la actualidad es muy esporádica y está gravemente amenazada en el litoral español y en todo el mundo.
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