La crisis se cobra la cooperativa social 'El Trastero'

El último año de crisis ha acabado con la actividad de la cooperativa “El Trastero”, que llevaba 25 años dedicada al campo de la economía social pero que en este último periodo acumulaba deudas y sus miembros llevaban meses sin cobrar.

Así acaba la trayectoria de la cooperativa, dedicada principalmente a la recogida y reparación de enseres, según ha informado en rueda de prensa Ana Belén Esteban, su gerente.

Iván Pérez, presidente de “El Trastero”, ha admitido que en la situación actual de crisis y sin el apoyo de las instituciones “ha sido imposible mantener el proyecto a flote”.

Ha lamentado que las administraciones riojanas hayan preferido dar a grandes empresas los mismos servicios que ellos ya prestaban y que hayan dificultado a otras más pequeñas, como El Trastero, el acceso a las licitaciones, por los altos avales exigidos.

David Sánchez, uno de los socios de la cooperativa, ha recordado que además de sus principios ecologistas, de reciclaje y reutilización de enseres y ropa, “El Trastero” facilitaba la inserción laboral de personas con riesgo de exclusión social.

Algo que, según los socios de la cooperativa, “no ofrece rentabilidad” especialmente en épocas de crisis y, además, las administraciones no están interesadas en estas iniciativas.

La única ayuda que han recibido en los últimos años ha sido una subvención del Estado, que en este ejercicio no han recibido por “errores informáticos” en los datos que deben enviar desde el Gobierno regional, han asegurado.

“El Trastero” formaba parte de la Unión de Cooperativas de La Rioja, de la Asociación Española de Recuperadores de Economía social y Solidaria y de la Red de Economía Alternativa y Solidaria.

A pesar de las “incomprensiones” que dicen haber sufrido a lo largo de estos años, han agradecido el apoyo del barrio de Madre de Dios, donde tenían su sede.

De todas formas, los integrantes de “El Trastero” no descartan comenzar un proyecto similar en el futuro, aunque en la situación actual lo ven complicado, dado que por la crisis por un lado reciben menos enseres usados y, por otro, sus principales clientes no compran tan habitualmente como antes.