Los clavos en el ataúd

Rioja2

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Si el partido en sí tuvo tonos de esperpento, las decisiones de Emilio Remírez lo pasaron aún más por el espejo deformante del que habló Valle-Inclán. Al final, nadie supo muy bien qué pasó en el Mundial 82. Allí llegaron a tiempo unos cuantos jugadores del Fundación (versión tal y como lo conocíamos hasta ahora), dispuestos a disputar el partido. Pero lo que saltó al campo fue la nueva cara de un equipo que pasará a los anales del fútbol riojano como otra vergüenza más del fútbol riojano.

¿Qué pasó con esos jugadores? Algunos de ellos habían pedido permiso en el trabajo para enfrentarse al Español B. David Díez, entre otros, se quedó fuera del césped por decisión técnica, según personas de su entorno. Cali, Salazar, Pitu y Laencina se llegaron a vestir, pero el técnico decidió que no iban a jugar como titulares. El Fundación saltó al campo con once juveniles, lo que podría acarrearles una sanción por alineación indebida. De los cuatro, sólo Cali saltó al terreno de juego, entre los aplausos y la chirigota de aquellos jugadores del Fundación que vieron el partido desde la grada cada vez que tocaba la pelota.

La pregunta más clara: ¿por qué no jugaron como titulares esos cuatro habituales? Según el presidente del equipo y varios de los implicados, porque Remírez no quiso. El técnico navarro, entre evasivas y gestos de no querer hablar, aseguró que no habían saltado porque ellos no querían. “Si no había nadie...”, decía con su habitual gesto.

El clima en el Fundación es irrespirable y gestos como el del entrenador no hacen sino agrandar la brecha. En el propio banquillo había más tensión de la habitual durante los 90 minutos. Normal, cuando tanto el encuentro como sus previos tuvieron tono de tragicomedia. A falta de unos pocos minutos para comenzar el encuentro, aún no había portero. Y nadie sabía muy bien quién iba a jugar. ¿El entrenamiento previo? Ese tipo de ritual no tenía sentido en las horas más tristes del equipo logroñés.

Los clavos que se están poniendo en el ataúd fundacionista van a ser difíciles de sacar, por mucho que Antonio Hidalgo encuentre manera de seguir. Y el divorcio entre presidente y técnico es ya definitivo.

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