Los españoles, los que más se quejan al Defensor del Pueblo Europeo
Los españoles son de los ciudadanos de la UE que más quejas han presentado en los últimos años ante el Defensor del Pueblo Europeo para “hacer rendir cuentas” a las instituciones de la Unión, según comentó hoy el titular de esta institución, el griego Nikiforos Diamandouros.
En un desayuno informativo del Foro Nueva Sociedad en Madrid, Diamandourus ha destacado a España como uno de los países donde sus ciudadanos son más activos a la hora de expresar quejas ante la UE, aunque subrayó que las particularidades de las mismas no distan, en general, de las de otros países miembros.
QUEJAS POR ZONAS
No obstante, explicó que hay ciertas quejas que diferencian a los ciudadanos del sur de Europa de los de Europa del este. Así, en el sur hay “mucha sensibilidad” y una creciente preocupación con respecto al medio ambiente y la inmigración ilegal, mientras que en el este se cuestionan problemas más políticos que muchas veces son “inadmisibles” para la institución del Defensor del Pueblo.
Como ejemplo, Diamandourus señaló que en el año 2004 se presentaron ante su oficina un gran número de quejas sobre la muerte de inmigrantes que intentaban cruzar a España desde Marruecos, pero subrayó que las reclamaciones se remitieron al Defensor del Pueblo español, ya que no se trataba de infracciones cometidas por la administración de la UE. Sin embargo, sí se elevó una petición al Parlamento Europeo para que abordara este problema.
Según indicó, cada año aumenta el número de quejas que llegan al Defensor del Pueblo desde todos los países de la UE, pero remarcó que esto “no demuestra el deterioro de las funciones de la administración, sino que los ciudadanos creen que merecen la pena quejarse”.
AVANCE DE LA TRANSPARENCIA
Para Diamandourus, que calificó a la institución que dirige como “guardián de la transparencia de la UE y guardián de la buena administración”, desde el Tratado de Maastricht las instituciones europeas han hecho un “avance importante para favorecer la transparencia”.
En este sentido, afirmó que la figura del Defensor del Pueblo Europeo se creó para que la UE “se acercara a sus ciudadanos”, ya que “ayuda a humanizar la administración”, que debe “rendir cuentas, justificar sus acciones”.
A su juicio, la negativa a ratificar la Constitución europea en los referéndums de Francia y Países Bajos demostró que todavía hay “una brecha entre la UE y sus ciudadanos”, por lo que el Tratado de Lisboa “representa un reconocimiento explícito de la Europa que hoy tenemos” y en este sentido “va en buena dirección”.
Por otro lado, Diamandourus explicó que la institución europea que más quejas recibe es la Comisión, pero “no porque funcione mal, sino porque es la más grande” de la UE. Entre un 65 y un 70 por ciento de las reclamaciones se presentan con respecto a la administración de la Comisión, mientras que el resto se reparte, por este orden, entre la oficina de selección de personal, el Parlamento Europeo, la oficina antifraude y el Consejo Europeo.
Principalmente, las quejas proceden de ciudadanos que trabajan en las instituciones europeas, normalmente aspirantes a funcionarios -sobre todo por las condiciones de las pruebas o exámenes-, funcionarios en activo y funcionarios ya jubilados.
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