Los nervios condenaron al Caja Rioja
CB. Guadalajara: Arjonilla (11), Mugica (10), Witt (20), Sergio Fernández (9), Alonso (11). También jugaron: Serrano (7), Roberto Núñez (3), Diego Pérez (4), Adrián Sánchez (4), Rubén Íñigo (2).
Caja Rioja: Holmes (11), Ott (16), Santana (19), Alberto Rodríguez (7), Busciglio (4). También jugaron: Mediano (0), Carreto (0), Arévalo (0), Herrero (7), Sidao de Santana (7), Enrique Suárez (4).
PARCIALES Primer Cuarto: 12-22 Segundo Cuarto: 22-18 (34-40) Tercer Cuarto: 28-19 (62-59). Cuarto Periodo: 17-16. ÁRBITROS: Feixa Ibáñez y Fajardo Panizo. Eliminado: Diego Pérez.
GUADALAJARA - CAJA RIOJA, 79-75
En un encuentro que llegó a dominar por más de diez puntos, el Caja Rioja no pudo soportar la presión y acabó sucumbiendo en un final de infarto ante el acierto anotador del Guadalajara (79-75). La brillante actuación de Edward Santana, combinada con la aportación exterior de Alfredo Ott, fue insuficiente para que el Clavijo se volviera a Logroño con un necesario triunfo.
Puesta en escena inmejorable de Caja Rioja en el San José alcarreño.
El conjunto entrenado por Jesús Sala endosó un parcial de arranque de 0-8 que trastocó todos los planes del Rayet Guadalajara. El Clavijo amplió rentas de la mano de un Alfredo Ott inconmesurable. El escolta norteamericano firmó una primera mitad de manual, anotando diez de los cuarenta puntos riojanos.
Con el 12-22 luciendo en el electrónico se inició el segundo periodo. Los alcarreños mejoraron gracias al acierto exterior de Witt, el mejor sin duda de los locales. El Rayet logró colocarse a un punto (25-26), pero una técnica señalada sobre Sergio Fernández permitió a Caja Rioja volver a despegarse y marcharse al descanso con una renta de seis puntos (34-40).
Tras el paso por vestuarios todo cambió.
El Rayet Guadalajara, que ya había advertido con un conato de reacción, tomó las riendas de la contienda. Witt continuó haciendo de las suyas desde el perímetro, bien secundado con la brega en la pintura aportada por Múgica. Aún así, en el último cuarto, cualquiera de los dos pudo llevarse el gato al agua. Sin embargo, la mayor serenidad de los alcarreños en los instantes decisivos les permitió adjudicarse la contienda.
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