Monumentos a la decadencia
La competencia entre restaurantes de Estados Unidos se mide muchas veces en tamaños de los platos que sirven. Los viajeros con cierta experiencia, cansados de gastar dinero en comidas que es imposible comer, suelen optar por pedir sólo entrantes. Si uno pide, que es lo que haría en Europa, algo para picar y un plato principal, las tiene todas consigo para dejar casi entero el segundo.
Ahora que el precio de los alimentos ha subido, y que la crisis alimentaria empeora, con más de 800 millones de personas pasando hambre, estas tradicionales 'superraciones' están empezando a ser motivo de crítica. Ya se plantea, por ejemplo, que reducir los tamaños de esos platos podría aliviar en cierta medida la demanda de alimentos.
Un auténtico bombardeo de publicidad sobre comida, principalmente dirigida a los niños, hace que los estadounidenses se inclinen por cadenas de comida rápida con hamburguesas gigantescas. En 'Wendy's', una de las más populares, el 'Baconator' (algo así como 'Terminator' en versión tocino) se anuncia como 'una montaña de sabor para que se te haga la boca agua'.
Las porciones americanas no sólo superan las de los países pobres, como era de esperar, sino que también son enormemente grandes comparadas con las del resto del mundo próspero. De hecho, los americanos son los ciudadanos del mundo que mayor cantidad de calorías consumen al día (3.370), según datos de la FAO, la agencia de la ONU para la agricultura.
Se espera que el precio de los alimentos se eleve un 4,5 por ciento este año en Estados Unidos, el mayor incremento anual desde 1990. El 71 por ciento de los norteamericanos asegura que come cada vez menos fuera de casa por ese motivo, y otro 48 por ciento dice que compra menos comida que antes de la crisis.
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