Nueva gripe: precauciones para el personal sanitario
El personal sanitario es uno de los colectivos más expuestos a posible contagio por lo que las medidas de protección deben ponerse en práctica en todos los centros. La protección absoluta de los pacientes sometidos a ventilación mecánica, así como de los equipos, frente al virus H1N1 responsable de la pandemia es una de las medidas efectivas de prevención.
Los filtros para sistemas respiratorios intercambiadores de calor y humedad deben proteger frente a la propagación del virus de un paciente infectado al sistema respiratorio, y sucesivamente, a través del ventilador al aire del hospital. A fin de actuar como barrera a la transmisión de bacterias y virus a través del Sistema Respiratorio, deben bloquear eficientemente diferentes vías potenciales de transmisión.
Tanto la saliva como las secreciones bronquiales de un paciente pueden contener organismos contaminantes. El toser o el succionar de las vías respiratorias pueden generar una pulverización de pequeñas gotas que contengan el agente contaminante. Durante el paso a través del aire seco, las capas líquidas del aerosol pueden secarse y formar un núcleo de aerosol incluso más pequeño. Este núcleo del aerosol puede contener organismos infectantes que pueden permanecer suspendidos en el aire por largos periodos de tiempo, así pueden ser transmitidos vía aérea a través de núcleos de aerosol o secreciones líquidas.
NIVEL 6 DE ALERTA Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC en sus siglas inglesas), más de 70 países están reportando casos de infección humana con la nueva gripe. Este número ha ido en aumento en las últimas semanas. La designación de la OMS de la Fase 6 refleja el hecho de que en la actualidad se están presentando brotes continuos en múltiples lugares del mundo. La decisión de la OMS de elevar el nivel de alerta pandémica a la Fase 6 es un reflejo de la propagación del virus, no de la gravedad de la enfermedad causada por el virus.
Las mujeres embarazadas, los niños pequeños y las personas con afecciones crónicas como asma, diabetes y otras enfermedades metabólicas, enfermedades cardiacas o pulmonares, enfermedades renales, sistemas inmunitarios debilitados y personas con enfermedades neurológicas o neuromusculares, pueden ser las más vulnerables a contagio.
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