Nuevo escándalo de Berlusconi
Un nuevo escándalo de tinte sexual salpica al primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi. Los principales periódicos italianos informan de que una adolescente marroquí de 17 años de edad, llamada Ruby R., habría confesado a los fiscales de Milán que asistió a fiestas en la villa del primer ministro italiano en Arcore, en el norte del país.
Preguntado por el caso durante una rueda de prensa sobre la crisis de la basura en Nápoles, Berlusconi afirmó que no estaba en esa conferencia “para hablar de la basura mediática”. Los abogados de Berlusconi manifestaron en un comunicado este martes que las sospechas de los medios de comunicación son “totalmente infundadas”.
El director de los informativos de la cadena de Berlusconi Mediaset y un empresario de televisión están siendo investigados por ser cómplices de prostitución, según afirman fuentes legales.
El año pasado, Berlusconi, de 74 años, ya se vio inmerso en una serie de escándalos sobre su vida personal. En mayo, su segunda esposa, Verónica, pidió el divorcio acusándolo de “juntarse con menores” después de las fotografías que salieron de Il Cavaliere en la fiesta del 18 cumpleaños de una aspirante a modelo. Berlusconi negó tener un romance con la chica.
En julio, la prostituta Patrizia D'Addario afirmó que Berlusconi le había pagado para asistir a una fiesta en su residencia en Roma y se había acostado con el primer ministro. Berlusconi, ante estas acusaciones, indicó que no es “un santo”, pero que nunca ha pagado por sexo.
Crisis de la basura
Por otro lado, Berlusconi ha querido zanjar la crisis de la basura desatada en Nápoles, afirmando que en “tres días no habrá más basura en Nápoles”.
Estas declaraciones del primer ministro italiano llegaban tras la reunión mantenida con el director de Protección Civil, Guido Bertolaso, el gobernador Stefano Caldoro y los cinco prefectos implicados, junto con el subsecretario de la Presidencia, Paolo Bonaiuti.
La reunión ha sido convocada para hablar de la situación y definir las nuevas estrategias a medio y largo plazo, así como tratar de conciliar las exigencias de la gestión ordinaria y las de la población de la zona destinada a acoger las basuras.
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