Nuevo indicador del riesgo de cesárea
Estudios fisiológicos y bioquímicos sugieren que el parto natural 'a término' (cumplidas las 40 semanas) depende del desarrollo del útero en las primeras fases de la gestación. Se reconoce que la estrechez en el cuello del útero mediado el embarazo se asocia con un incremento del parto espontáneo prematuro. La hipótesis que el equipo ha venido a confirmar es que una mayor longitud en el mismo periodo podría estar asociada a un riesgo de parto por cesárea ‘a término’. Sus datos se han dado a conocer en la última edición de la revista The New England Journal of Medicine (NEJM 358:1346-1353).
Para extraer sus conclusiones, los autores analizaron 27.472 casos de primerizas teniendo en cuenta sus medidas cervicales a las 23 semanas de gestación, y que dieron a luz cumplidas las 40.
La tasa de parto por cesárea fue más baja (16 por ciento) entre las mujeres cuya longitud cervical también estaba en el menor cuartil (de 16 a 30 mm), y significativamente mayor en el segundo (18,4 por ciento; de 31 a 35 mm); el tercero (21,7 por ciento; de 36 a 39 mm) y el cuarto (25,7 por ciento; de 40 a 67 mm).
La probabilidad de tener que someterse a una cesárea de las mujeres del mayor cuartil fue casi el doble (1,81 veces) que el de las que estaban en el primero. La tasa de riesgo ajustada se calculó teniendo en cuenta factores que podrían haber distorsionado el resultado, como edad, índice de masa corporal, consumo de tabaco, raza o etnia, parto natural o inducido y el centro hospitalario. El incremento del riesgo puede atribuirse, según sus datos a los procedimientos que se llevan a cabo para facilitar el parto.
En consecuencia, los investigadores determinan que la longitud cervical es un indicador independiente del riesgo de cesárea en madres primerizas.
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