Que la ganen otros
El Real Madrid, fiel a la irregularidad que arrastra durante toda la temporada, cedió dos puntos en su enfrentamiento contra el Mallorca (1-1), en un partido que los blancos tenían encarrilado pero que cambió tras la expulsión de Sergio Ramos, con lo que Villarreal y Barcelona dispondrán mañana de la enésima ocasión para avivar un campeonato acostumbrado a presenciar el tropiezo de uno de los aspirantes al título en cada jornada.
Se presentaban en el Ono Estadi dos equipos con viejas rencillas por resolver. La eliminación copera de los blancos a manos del Mallorca, goleadas sonrojantes encajadas por el Madrid en el Santiago Bernabéu en pasadas temporadas o el pique de Schuster y Manzano, quien parece tener cogida la medida al alemán, eran algunas de las cuentas pendientes que los madridistas buscaban ajustar.
Otro de los alicientes del choque era ver cómo se comportaban los dos máximos artilleros españoles de la Liga, Güiza y Raúl, que con 17 y 16 tantos, respectivamente, protagonizan una vibrante pugna en busca del 'pichichi' nacional. Lo cierto es que ninguno de los dos pudo anotar, aunque el jerezano, mucho más activo que el '7' blanco, estrelló dos balones en el palo.
En la primera mitad, el partido no se salió en exceso del guión previsto. El Madrid, con Guti, Sneijder y Gago manejando el centro del campo, era el dueño del balón, pero tenía que recurrir a tiros lejanos para tratar de sorprender a la compacta zaga mallorquinista. Mientras, el Malloca inquietaba en más de una ocasión la portería defendida por Casillas con rápidas contras lanzadas por Varela, Jonás e Ibagaza.
Al filo del descanso y tras un gol anulado al Mallorca que desató las iras del público local, Robben, que volvía a ganar la partida en la titularidad a Robinho, se fue como quiso por la banda derecha y sacó un centro en boca de gol que finiquitó Sneijder a puerta vacía. El extremo holandés protagonizó la jugada del partido, pero después, como su equipo, se fue diluyendo poco a poco.
SERGIO RAMOS DEJA A SU EQUIPO CON 10.
Tras la reanudación, el Real Madrid seguía controlando el encuentro, aunque el Mallorca continuaba llegando con peligro, pero la expulsión de Sergio Ramos, por doble amarilla, dio un giro inesperado al partido. Schuster tuvo que sacrificar a Higuaín y a Sneijder para dar entrada a Diarra y Torres, algo que acusó el equipo perdiendo la manija y la mordiente ofensiva.
Ante esta situación y con el Madrid viviendo sus peores momentos, llegó el tanto del empate, obra de Borja Valero, que había saltado al campo minutos antes, después de una preciosa dejada de Arango. A partir de ahí, los de Manzano fueron superiores y podrían haberse llevado los tres puntos de haber acertado en alguna de las claras ocasiones de las que dispusieron en la recta final.
Con las tablas, los merengues, que ya han cedido 17 puntos en esta segunda vuelta, estarán a la espera de lo que hagan sus inmediatos perseguidores mañana para valorar la magnitud del traspié, mientras que el Mallorca, que sumó su decimocuarto empate en la temporada, sigue sin dar el paso definitivo que le permita luchar por la UEFA.
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