“Que la música sea gratuita hace que parezca que no es especial”

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En 1975, aproximadamente, Diego Manrique (Burgos, 1950) se puso en contacto con el semanario 'Triunfo' para criticar la pobreza de los artículos que publicaba sobre música rock. Desde la publicación le sugirieron que enviara él algo mejor. Así comenzó su carrera como cronista musical.

Desde entonces ha escrito varios libros, ha trabajado en prensa escrita, televisión y, sobre todo, en radio. Desde 1992 conduce el mítico programa en Radio 3 'El Ambigú', con el que recibió el Premio Ondas en 2001. Desde 2007, además dirige 'La Madriguera' en Radio 1 y en mayo de este año fue nombrado director adjunto de Radio 3. Compagina está labor en las ondas con críticas musicales en 'El Pais', 'Rolling Stone' o 'Efe Eme', publicación esta última de la que es fundador.

Diego se pone al teléfono. Parece cansado, aunque conserva, no faltaba más, ese reconocible timbre de voz. Parece un hombre entrañable, amable y con esa astucia para reclamar el lado humorístico de las cosas. Es tranquilo, no tiene prisa. Quizás se trate de esas pausas de las que hablan los profesionales de la radio, que, dicen, transmiten muchas veces más cosas que la propia palabra.

Es de un pueblo de Burgos, Pedrosa de Valdeporres, pero tiene raíces riojanas. Su padre es de Villanueva y ha pasado tiempo, como es lógico, en La Rioja. Asegura que la Sierra de Cameros en esta época está espectacular.

A nivel nacional y teniendo en cuenta la proliferación de festivales musicales en los últimos años ¿qué le parece 'Actual'?

Actual tiene una idea de concepto que es extraordinaria y que le va a permitir sobrevivir durante mucho tiempo. Está en unas fechas en las que hay muy pocas noticias culturales. A parte de que se haya tomado la determinación de ser un festival de tendencias, tiene esa astucia de ser el primero y el que llega primero da dos veces.

Dicen que tiene una de las mejores colecciones de música en España. ¿Cuáles son las joyitas más preciadas para uste?

Lo que tengo es pasión por conocer todas las músicas que existen. Lo que tengo es una acumulación de discos, de casetes, de CDs y de todo tipo de soportes que me da un idea amplia de lo que se ha hecho en los últimos 60, 70 años. Me interesa tener amplitud de visión más que piezas o discos rarísimos que te pueden costar 5.000 o 20.000 euros. Es posible que tenga alguno, pero me da bastante vergüenza.

En una entrevista dice que la música depende del momento y de si te sirve o no. Además, apunta que la labor del crítico es explicar las razones por las que nos apasiona, nos repugna o nos causa indiferencia la música.

Tengo un poco de repelús a esa frase que se oye con mucha frecuencia: “sólo hay música buena y mala”. Para los humanos hay música que nos sirve y que no nos sirve. La función de los críticos es contar cúal es la que nos sirve, nos interesa, la que vemos valor, pero esto son sensaciones que a veces no son compartidas. Nosotros somos, generalmente, las personas que llevan la contraria a la masificación. Sobre todo, la televisión nos mete por la garganta lo más vulgar y lo más simple. Es como la historia del niño holandés que ponía un dedo para evitar que se hundiera el dique que iba a inundar su pueblo. Es intentar decir que hay muchas otras músicas y muchas otras experiencias para el que las quiera buscar.

¿Qué opina de programas como 'Operación Triunfo'?

Je, je, je. Ya sabes que respuesta te voy a dar. Quizás fuera una gran idea comercial como fórmula para generar artistas, pero ha resultado ser patética o, por lo menos, los artistas que han salido de allí no son de lo más brillante. La idea eran artistas que pudieran imitar a otros, con lo que no se premiaba la originalidad. Por tanto, lo que se estaban creando eran imitadores, sucedáneos o copias. Por eso, generalmente, se les denomina 'triunfitos', porque es una cosa de andar por casa, muy elemental, muy simplona.

La primera temporada tuvo su repercusión. Figuras como Bisbal o Bustamante tuvieron sus seguridores y vendieron miles de discos. Ahora, 'Operación Triunfo' parece estar en franca decadencia. Tanto, que no se sabe si habrá una nueva temporada. ¿qué cree que significa esto?

Aunque se vendió que era un programa de la juventud que se esforzaba por darse a conocer y para crear algo, en realidad es mentira. Era un reality como otro cualquiera. Su materia prima son los concursantes y de lo que se le ocurre a los guionistas, que son los que establecen los dramas y los conflictos que van a vivir en el tiempo en que están encerrados. Entonces me imagino que habrá bajado la categoría de los concursantes y la imaginación de los guionistas.

Estar desde el principio en esto del periodismo musical debe dar una buena perspectiva de cómo evoluciona. ¿Cúal es su opinión?

La música pop está mejor tratada que en otros países porque se considera que el pop forma parte de los atributos de la democracia. La generación que protagonizó la transición o que ha estado en el poder en los últimos 30 años ha tenido esos gustos. De boquilla se declaran rockeros. Recuerdo que el presidente Aznar presumía de haber estado en un grupo en sus tiempos jóvenes. Es como un signo de modernidad. Que una actuación de 'The Rolling Stones' sea portada de los periódicos es mucho cante. Eso no pasa en la prensa inglesa o francesa.

Cúales son los primeros nombres que le vienen a la cabeza si le pregunto por grupos o cantantes actuales que se harán un hueco en la historia de la música.

Está claro que los últimos años han sido unos años de enorme creatividad para personajes como Andrés Calamaro, por ejemplo. En el futuro podremos decir que nosotros estuvimos cuando Calamaro sacó este disco o este otro. Son personajes que marcan en su tiempo. Se nota porque hay docenas de imitadores de Andrés Calamaro.

Ahora hay oportunidad de tener a tu disposición toda clase de música. Sin embargo, ¿cree usted que va decayendo el interés de las nuevas generaciones por ella? O por lo menos, de profundizar y de picar de aquí y de allá.

La música es en este momento algo tan disponible, tan barato, es decir, prácticamente gratis, que ha perdido su valor. Esto es un problema porque no se crea una relación entre los seguidores o los consumidores y la música. Si la música es algo que te bajas, que no ocupa lugar, que muchas veces no te enteras ni del título de las canciones, pues se devalúa. Estamos pasando por una etapa terrible porque no se concede valor a algo que es gratuito. Con la música pasa como con el agua corriente, que parece que se pierde que es algo especial. Estamos en un momento extremadamente raro. Más de 100 años de música están prácticamente disponibles.

Cree que las descargas de internet hacen mucho daño, pero no se puede luchar contra eso.

Si supiera cómo hacerlo, la industria del disco, vamos, no me compraba una casa, es que me compraba una isla en el caribe. Je, je, je. En algún momento, yo creo que se va a poner de manifiesto que los servicios de telefonía están siendo cómplices de un latrocinio inmenso. Está por ver, por ejemplo, qué ocurrirá con la ley Sarkozy ,que habla de que a la tercera vez que te pillen bajándote cosas te pueden cortar el acceso a internet. Desde luego la situación actual es insostenible. Estamos viendo el hundimiento de montones de discográficas, de tiendas de discos,es decir, de tejido cultural, algo que difícilmente se puede reconstruir.

La CNT ha convocado una manifestación el 15 de noviembre en Madrid contra la SGAE ¿Qué le parece?

La SGAE puede tener prácticas muy deplorables pero en muchos casos todas estas actitudes contra ella lo que esconden es una actitud tan española como: “no quiero pagar”. No tengo ninguna simpatía ni amistad con muchas de las prácticas de la SGAE, pero centrar en ella los problemas como han hecho algunos partidos políticos en tiempos electorales me parece de un cinismo extraordinario. El problema en todo caso son las empresas de telefonía que facilitan la piratería. Están poniendo al alcance de todo el mundo todo gratis, lo cual está muy bien, excepto porque las películas y los discos cuesta producirlos y si alguien no pone dinero para esas obras de arte vamos a ser infinitamente más pobres.

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Radio 3 representa para muchos el núcleo de resistencia frente a las cadenas musicales. Se puede apreciar una gran diferencia, sobre todo, a la hora de acercar todo tipo de música a todo tipo de público.

El que quiera puede acercarse a ella e incluso hemos entrado ya en la era del 'pop cash', con lo cual, muchos de los programas uno se los puede bajar y escucharlos en cualquier momento. Radio 3 sigue teniendo la mayor oferta musical y cultural que existe en este país. En este sentido, creo que es un bien a conservar. Toda la historia cultural española a partir de 1979, que es cuando salió Radio 3, no se entendería sin el eco y la capacidad de difusión que proporcionó esta cadena. Es uno de los grandes recursos sociales de este país.