¿Quiere reiniciar su monoplaza?

¿Qué desea hacer con el equipo? Cerrar sesión. Apagar. Reiniciar. Esas son las opciones para apagar un ordenador (al menos los que tienen Windows). Una aplicación sencilla. Un mensaje claro y comprensible del que el más neófito puede deducir cuáles serán las consecuencias. Algo parecido le sucedió a Lewis Hamilton durante el último Gran Premio de la temporada.

Era el más importante de su carrera y quizá por eso el 'novato' británico acabó accionando el botón 'reiniciar' su monoplaza. Lo hizo y cayó al puesto 18. Fue el principio del fin y la luz invadió el box de Ferrari que acabó logrando el doblete.

En un arranque de sinceridad ha sido el propio Hamilton el que lo ha reconocido. Mientras su escudería -sin su consentimiento (al menos público)- lucha por arrebatar al equipo al que espió el título, el británico ha apuntado que su dedo “resbaló” y “accidentalmente se activó el botón utilizado para la secuencia de inicio”. Es decir, reinició el coche. Ese error humano cortó la potencia a su vehículo durante el minuto más largo del año para Ron Denis y sus secuaces que no daban crédito desde el box a lo que estaba sucediendo. Las consecuencias fueron drásticas: Hamilton cayó el cuarto al decimoctavo puesto e hipotecó definitivamente sus posibilidades de conquistar sobre el asfalto el título mundial.

“El coche se quedó en posición neutral -punto muerto- y me vi obligado a reiniciar el sistema y recargar el programa de administración de velocidades”. Las imágenes de la cámara de su coche son muy ilustrativas. El McLaren del británico, en la zona derecha del asfalto brasileño, es sobrepasado una y otra vez por sus perseguidores mientras que Hamilton pulsa insistentemente botones buscando la reacción de su motor.

Lo consiguió, pero fue demasiado tarde y su progresión en la carrera no fue suficiente para hacerse con el título mundial. Todos lo aceptaron menos Ron Denis que confía en que la FIA le de la razón y le permita esconder su pésima gestión del equipo.