La radiación ultravioleta sirve para evitar la “telaraña” del champiñón

La Universidad de La Rioja presenta una investigación sobre la radiación ultravioleta en el cultivo del champiñón

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La radiación ultravioleta UV-B evita la propagación del moho que causa la “telaraña” del champiñón, una de las principales enfermedades de este cultivo. Su uso no daña el producto ni deja residuos perjudiciales para el consumidor. Así lo han demostrado investigadores de la Universidad de La Rioja, que acaban de publicar su hallazgo en la revista científica internacional Agriculture.

La investigación forma parte de la tesis doctoral que Raquel Hidalgo Sanz está desarrollando en el Departamento de Agricultura y Alimentación de la Universidad de La Rioja, en colaboración con otros investigadores de las áreas de Fisiología Vegetal, Tecnología de los Alimentos y Producción Vegetal. Cuenta también con la participación del Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón de La Rioja (CTICH) y de la empresa riojana Clean-BIOtec.

Una dosis adecuada de radiación ultravioleta UV-B es capaz de inactivar las esporas producidas por el hongo Cladobotryum mycophilum, causante de una grave enfermedad del champiñón (Agaricus bisporus) conocida como “pelo” o “telaraña”, que provoca importantes daños en los cultivos, mermando su producción.

“Las esporas son las células del hongo capaces de reproducir la enfermedad, diseminándola a champiñones sanos, por lo que su destrucción evita la propagación de moho y limita los efectos de la infección”, explican los investigadores en el artículo científico.

Además de su eficacia, los científicos han corroborado que la cantidad de radiación UV-B capaz de destruir las esporas del moho no presenta ningún efecto nocivo sobre el desarrollo del micelio del propio champiñón.

“Este es el primer estudio que demuestra simultáneamente que la radiación UV-B puede eliminar las esporas y, aunque menos eficientemente, los micelios de mohos micopatógenos, sin afectar los micelios de los hongos cultivados”, precisan los científicos.

Una de las principales ventajas de esta técnica es que evita la adición de productos químicos (fungicidas) para controlar la enfermedad, por lo que resulta completamente inocua para los consumidores. 

La investigación ha sido realizada en cultivos de champiñón en laboratorio, por lo que es preciso comprobar la utilidad de esta prometedora técnica para el control de la “telaraña” en cultivos comerciales. 

La “plaga del pelo” o “telaraña” del champiñón es una de las principales enfermedades en cultivos de setas comestibles. En La Rioja, se estima que origina una pérdida de productividad del 30% en el sector del champiñón. Por el momento, solo se dispone de un fitosanitario autorizado, al que el hongo está generando resistencia. 

“Nuestros resultados abren la puerta al uso de la radiación UV-B en el control de las principales enfermedades fúngicas de las setas cultivadas, emergiendo como una sólida alternativa o complemento al uso de fungicidas tradicionales”, concluye el equipo investigador.

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