Reunión distendida en la Casa Blanca
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, mostraron durante la rueda de prensa conjunta que dieron este martes en Washington una actitud distendida e intercambiaron palabras amistosas, lo que parece indicar que ya se han superado ciertas tiranteces diplomáticas que existían entre ambos países desde hacía meses.
“Puedo afirmar que rara vez en la historia de nuestros dos países se ha producido una coincidencia de puntos de vista como la actual”, afirmó Sarkozy en la rueda de prensa que tuvo lugar en la Casa Blanca tras su encuentro con Obama.
Esto parece cerrar una herida que se abrió el año pasado, cuando Obama rechazó una invitación de Sarkozy a acudir a una cena de alto nivel, lo que fue tomado en Francia como un desprecio diplomático. En vez de ello, Obama, que ya ha realizado dos visitas oficiales a Francia, prefirió cenar con su esposa en un restaurante.
Sarkozy, que afirmó este lunes en Nueva York que Estados Unidos no podía “gobernar el mundo en solitario”, fue preguntado acerca de si pensaba que Obama estaba escuchando al resto de países del mundo. Antes de que Sarkozy pudiera contestar, Obama se le adelantó diciendo “yo escucho a Nicolás todo el tiempo. No puedo parar de escucharle”.
El presidente francés afirmó que tanto él como la canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro británico, Gordon Brown, creen que trabajar con Obama es fácil porque “cuando el presidente Obama dice algo mantiene su palabra”.
“Su palabra es su garantía, y eso es muy importante. Tenemos una broma entre nosotros, y es que no nos gustan las sorpresas. Pues bien, desde mi punto de vista, no ha habido sorpresas”, afirmó Sarkozy, que además alabó la capacidad que a su juicio tiene Obama para transigir cuando puede y decir 'no' en los asuntos que considera innegociables.
Tras este encuentro con el presidente francés, Barack Obama, afirmó que espera que “en cuestión de semanas” Naciones Unidas apruebe un nuevo paquete de sanciones contra Irán que ha acordado junto al presidente francés, Nicolás Sarkozy.
Obama y Sarkozy, en una rueda de prensa conjunta en la Casa Blanca, dejaron claro que en su opinión es el momento de imponer sanciones más duras que las que en los últimos tiempos se han estado negociando con China, Rusia, Alemania y Reino Unido, los otros países involucrados en este asunto.
Por su parte Sarkozy afirmó que “ha llegado el momento de tomar decisiones” con respecto a Irán. El presidente afirmó que junto con la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Gordon Brown, “realizaremos todos los esfuerzos necesarios para que Europa como conjunto apoye las sanciones contra Irán”.
Según afirmó Obama, las consecuencias a largo plazo de que Irán posea armamento nuclear son inaceptables, y sostuvo que la República Islámica ha rechazado todos los intentos de encontrar una solución diplomática a la inquietud que genera entre buena parte de la comunidad internacional el desarrollo de su programa nuclear.
Estados Unidos y sus aliados quieren imponer sanciones a Irán porque según ellos este país pretende desarrollar su programa nuclear para hacerse con armamento atómico. Se trata de una acusación negada por Teherán, que afirma que sólo pretende desarrollar su programa nuclear con fines civiles.
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