Revolución terapéutica
La experta considera que este trabajo supone un acercamiento significativo a una nueva diana para los tratamientos 'dirigidos', más específicos y con menos efectos secundarios.
Los propios investigadores escriben en ‘Nature’ que, efectivamente, su descubrimiento viene a sumarse al creciente número de objetivos celulares para medicamentos que intenten prevenir la metástasis del cáncer de mama. También son optimistas en cuanto a la capacidad de su trabajo para impulsar el desarrollo de nuevos ensayos clínicos que evalúen la probabilidad de que los tumores de mama metastaticen.
Dado que la metástasis es el desencadenante de la mortalidad en todo tipo de cáncer, la búsqueda de los mecanismos que explican el fenómeno es el auténtico ‘Santo Grial’ de la investigación en Oncología, que intenta detener o al menos ralentizar el proceso mediante agentes que interactúan con las proteínas producidas por esos genes clave.
La decisión concreta de explorar la función de las moléculas de microARN en cáncer de mama tiene su origen en trabajos previos que documentaban niveles bajos de expresión de dichas moléculas en ciertos tipos de tumores, entre ellos los de mama. Esas observaciones inspiraron en el equipo de Massagué la intuición de que las moléculas podrían desempeñar una importante función en el crecimiento y extensión de los tumores órganos distintos a aquellos donde se han originado.
Siguiendo esa intuición, Tavazoie y otros investigadores del laboratorio de Massagué centraron sus esfuerzos en identificar las moléculas de microARN que únicamente se omiten en casos de cáncer de mama agresivo metastásico.
En primer lugar, analizaron cultivos de células tumorales para crear un perfil genético de los microARN producidos por las células tumorales. Al comparar ese perfil con el de las células cancerígenas no metastásicas, vieron que un pequeño subgrupo de microARN estaba en gran medida ‘mudo’ en las células metastásicas.
La siguiente observación fue que al restaurar los niveles normales de dichos microARN –miR-335, miR-126 y miR-206- en las células cultivadas, se reducía notablemente la capacidad de éstas de llegar a los pulmones y los huesos de los ratones que emplean como modelo animal de patología. También obtuvieron una muestra de células metastásicas de una paciente y comprobaron que esas células carecían de las mismas moléculas identificadas en los experimentos con cultivos.
Para obtener una muestra más amplia, los investigadores midieron los niveles de microARN en células tumorales de 20 pacientes con cáncer de mama. En todos ellos se confirmaron los menores niveles coincidiendo con la metátasis.
Análisis adicionales vinieron a revelar la influencia de miR-126 en la tasa de proliferación de las células malignas, mientras que miR-335 y miR-206 influían en la habilidad para migrar a los pulmones y el hueso.
Encontraron una vinculación especialmente estrecha entre la pérdida de mirR-335 y el índice de recaídas, de manera que se propusieron determinar qué genes son regulados por este microARN en particular. Sus análisis genéticos dieron como resultado la identificación de seis genes cuya actividad se incrementa de forma acusada a falta de miR-335 en las células metastásicas.
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