Se inaugura un nuevo curso de la Universidad Popular de Logroño
Cerca de 5.000 matriculados este curso, más de 400 plazas que aún pueden ser cubiertas, talleres y clases que tocan los temas y ámbitos de la cultura, la educación y el bienestar personal más diversos... ésto es la Universidad Popular de Logroño (UPL).
De educación a lo largo de la vida, de formación continua, de lugar de encuentro y reflexión y de “hacer Logroño”, se habló ayer en el Auditorio Municipal del Ayuntamiento durante la apertura oficial del curso 2009/2010 de la UPL.
Abel Bayo, director general de Universidades y Formación Permanente, resaltó la importancia de la labor de la UPL explicando que, en instituciones como ésta, se encuentra la esencia de la educación. Los alumnos de la UPL no acuden a sus clases para “pasar de curso”, solo para aprender, para seguir creciendo a lo largo de toda la vida.
Bayo terminó su intervención con una cita de Descartes que trata de recoger esa vocación de educación constante, variada y enriquecedora que mueve a esta institución: “lo poco que he aprendido, carece de valor si lo comparo con lo que me falta por conocer”.
Por su parte, Tomás Santos, Alcalde de la ciudad, resaltó el valor de la UPL poniéndola como ejemplo de “ciudadanía activa” y como vía para alcanzar una mayor “cohesión social”.
Precisamente sobre cohesión social habló Fadhila Mammar, filóloga tunecina y directora del Servicio de Mediación Social Intercultural del Área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, que fue la responsable de la conferencia inaugural de este año: “Nosotros y los otros. Miradas cruzadas”, que trató en profundidad el tema de la interculturalidad.
Amparo Castrillo, directora de la UPL, acompañada también por Juan José Garnica, presidente de la misma entidad, anunció a los asistentes que tras la inauguración, posarían todos juntos en las escaleras del Ayuntamiento para la foto que aparecerá en el mes de octubre del calendario del Ayuntamiento del próximo año. Una numerosa representación de todos aquellos que hacen posible la educación en esta ciudad.
Cantando el Gaudeamus con ayuda del coro de la UPL, que contrastó con la ruidosa y animada batucada que irrumpió sin previo aviso en el Auditorio, y con un vino, terminó un año más la inauguración de un nuevo curso.
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