Tres días en familia en La Rioja con actividades y visitas para todos los gustos
La Rioja es una excelente opción para disfrutar de una escapada en familia. Es una comunidad ideal para recorrer en unos pocos días y disfrutar de toda su variedad, con paisajes verdes y áridos, con montañas y valles, con lugares para la diversión y otros para el descanso. Las familias encontrarán en esta tierra una amplia variedad de opciones. Ahí van algunas para exprimir al máximo un viaje de tres días:
DÍA 1: De los dinosaurios a las cuevas
Cornago, Enciso, Igea, Munilla… La Rioja Baja fue sin duda un auténtico paraíso para los dinosaurios. Miles de huellas recorren estos particulares parajes. Sólo en la ruta de Enciso a Navalsaz se pueden encontrar hasta siete yacimientos de incitas distintos, partiendo del Centro Paleontológico en el que las familias pueden conocer de forma previa algunas particularidades para interpretar después mejor los restos.
Uno de los más interesantes y más fáciles de interpretar es el Yacimiento de Valdecillo donde se pueden contemplar también las representaciones tridimensionales de los dinosaurios a tamaño real, construidos a partir de las conclusiones de los investigadores.
Para quien quiera seguir la aventura entre el Cretácico y el Paleolítico, La Rioja ofrece el plan perfecto. En el mismo lugar en el que hace 120 millones de años vivieron los dinosaurios, se asienta hoy un Parte Temático de lo más singular, el Barranco Perdido. Proyecciones de dinosaurios, exposición interactiva, actividades, talleres, excavaciones, juegos y hasta una playa cretácica atravesada por un esqueleto de dinosaurio. Los más pequeños serán investigadores y aventureros por un día, con baño incluido.
Imágenes: Fernando Díaz
Para rematar un día de intensa actividad, la Cueva de los Cien Pilares de Arnedo es el plan perfecto para la tarde o el anochecer. Antes de adentrarnos en la propia cueva, llamada así por las numerosas cavidades y pilares que sostienen los techos, recorremos los 200 metros cuadrados de la casa-cueva que se ha habilitado para mostrar cómo se vivía allí (en los años 50 había unas 200 viviendas de este tipo en Arnedo).
Posteriormente, y bajando una escalera de caracol, el visitante se adentra en un laberinto de galerías, cámaras y ventanales que fueron, hace mucho tiempo, un centro religioso muy importante: el Monasterio de San Miguel. Existe un documento del siglo XI que ya cita este monasterio y también hay partidas de defunción de monjes y monjas que nos hablan de su antigüedad. Lo cierto es que todo el Cerro de San Miguel, que albergó un importante poblado celtíbero, es el complejo rupestre más intrincado y asombroso de todo el valle del Cidacos.
DÍA 2: Actividades acuáticas, cuevas y paisajes únicos
Si para ti el verano es sinónimo de agua y además eres de los que disfrutan con el deporte, tu lugar está en El Rasillo. El Club Náutico, en el embalse de Gonzalez Lacasa, es uno de los mayores atractivos de La Rioja en verano. Es público y cuenta con todos los servicios: bar y restaurante durante todo el año, alquiler de material y embarcaciones, cursos…
Es un lugar en el que podrás encontrar actividades para todos los gustos: desde zona de acampada, embarcadero o piscina flotante hasta curso de Wind surf, alquiler de tablas o pedaleras. Todo ello en un paraje natural único con comedores al aire libre y zonas de sombra junto al agua.
Imágenes: Fernando Díaz
Si el tiempo no acompaña o el agua no es lo tuyo, la alternativa para disfrutar la mañana se encuentra en la Finca de Ribavellosa. Más de 200 hectáreas propiedad del Organismo Autónomo Parques Naturales que ofrece más de 12 kilómetros de senderos naturales de gran riqueza ecológica para recorrer a pie o en bici y contemplar la variedad de los bosques riojanos de hayas, pinos o encinas entre otros.
Cuenta con zona de merenderos y aseos además de instalaciones deportivas, área infantil y amplias zonas de juego para toda la familia. En la web de la Finca podrás encontrar todas las actividades ambientales, paseos, charlas o talleres programados.
Por la tarde, un plan único. Atravesando el puente de hierro que parte de la ermita de Santa Lucía o recorriendo el sendero de los escalones desde la plaza del pueblo, llegamos a las Cuevas de Ortigosa, en el monte del Encinedo.
Son dos grutas. La de La Paz ofrece a través de sus 263 metros de recorrido, un autentico espectáculo de estalactitas, estalagmitas, columnas y formaciones calizas de todo tipo. Por su parte, la gruta de La Viña cuenta con una sola boca de entrada y salida y un recorrido de formaciones calizas de 114 metros. Las visitas duran aproximadamente una hora y cuentan con guías para cada grupo.
DÍA 3: Recorridos acuáticos, buitres y Jardín Botánico
Para empezar la mañana, planteamos dos opciones. La primera nos lleva al Camero Viejo. A solo media hora de Logroño, nos encontramos con el Cañón del Río Leza, donde la roca se moldea como una escarpada garganta en la que los buitres despliegan su enormes alas y vuelan a escasos metros de los visitantes.
Junto a la carretera, justo antes de llegar a Soto, comienza la Senda de las Fuentes del Restauro, que conecta los municipios de Leza y Soto a través de puentes, pozas y pequeños saltos de agua. Es una ruta sencilla de unos 5 kilómetros ida y vuelta. Es recomendable acudir con calzado para el agua que sirva también para andar por la montaña, así como no llevar encima objetos de valor. La naturaleza ha ido dibujando a lo largo de millones de años este sendero por el discurrir del río, por lo que nos pone algunas trampas. El río no da tregua y nos obliga a nadar en sus pozas para poder continuar el camino. Es una ruta divertida, en la que puedes bañarte a lo largo del recorrido e incluso saltar, con precaución, en las pozas de más profundidad.
La otra opción para el plan matinal nos lleva hasta Matute para recorrer la Senda del Agua. Aves, vegetación, peñas rojizas, barranco y agua, sobro todo agua. Son los ingredientes de una de las rutas más curiosas que alberga esta tierra, en Matute. Un recorrido desde el pueblo hasta el Salto del Agua con apenas 3,5 kilómetros, ida y vuelta, en dirección hacia Anguiano. Una ruta de gran valor paisajístico, con cortados rocosos, hogar de numerosas especies de aves rupícolas.
Es apto para cualquier caminante y una excelente opción para disfrutar con los más pequeños de la casa que vivirán el sendero como un auténtico juego de escaleras, puentes, río, puertas de madera e incluso túneles naturales formados por la roca. Y al llegar al final del barranco del Manzanar, el premio gordo: el Salto del Agua. Una cascada entre rocas en un entorno único y fresco. Una escalera de madera nos permitirá remontar la roca y seguir nuestro recorrido si lo deseamos.
Por la tarde, niños y mayores disfrutarán al máximo de un paraje único y todavía desconocido por muchos: el Jardín Botánico de La Rioja. Abrió sus puertas al público en 2005 como recurso de conservación, investigación y divulgación de la vida vegetal. Su objetivo final es dejar para las próximas generaciones un espacio botánico singular en un ambiente muy especial, con cientos de especies de árboles y plantas, con rincones mágicos y grandes atractivos para los más pequeños.
*Imagen de portada: Fernando Díaz
* Todas las imágenes han sido cedidas por La Rioja Turismo
0