Un aeropuerto con pasajeros de primera y de segunda
El horario operativo del aeropuerto de Agoncillo termina a las 22 horas, de forma que todos los aviones comerciales que lleguen más tarde a Agoncillo son desviados a Pamplona. “El aeropuerto cierra a las diez de la noche aunque sí que es cierto que se suele dar un margen de tiempo extra, una media hora más o menos, para que el avión aterrice y bajar las maletas y demás”, cuentan los trabajadores. “Solo se hacen excepciones si hay ambulancias esperando para trasladar algún órgano”, apuntan.
Por esta razón, el día 12 de diciembre, los trabajadores del aeropuerto daban por hecho que el vuelo IB 8222 procedente de Madrid tendría que ser desviado a Pamplona porque, “claramente, estaba fuera de hora”. El día en cuestión, relatan, “el avión procedente de Madrid, y con destino Logroño, despegó de la capital del país pasadas las diez de la noche a causa de una avería. Y, teniendo en cuenta que el recorrido Madrid-Logroño se realiza en unos 40 minutos, era materialmente imposible que llegara a tiempo”.
“Todos dábamos por hecho que el avión se desviaría a Pamplona como ocurre siempre que el vuelo no llega a la hora prevista, por esta razón, nos sorprendimos cuando nos dijeron que debíamos esperar hasta que aterrizara el vuelo IB 8222”. Nadie dio ninguna explicación más. Todo el personal del aeropuerto tuvo que esperar hasta pasadas las once de la noche a que el avión aterrizara y se entregaran las maletas a los pasajeros. “Unos pasajeros entre los que se encontraba la directora general de Turismo, Mónica Figuerola”, aseguran.
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