Un joven logroñés de 24 años, décimo en el MIR más exigente de los últimos años
Tras seis duros años de carrera, los médicos tienen que enfrentarse al MIR. Una dura prueba para la que, en el mejor de los casos, se preparan con intensidad a lo largo de todo un año. El pasado 28 de enero, 13.439 graduados en Medicina se presentaron a esta prueba para optar a las 6.098 plazas que oferta este año el Ministerio. David de las Cuevas León era uno de ellos.
Estudió en el Colegio Público Vicente Ochoa y, posteriormente en el IES Duques de Nájera. Le hubiera gustado estudiar en Logroño, “porque me encanta”, pero quería hacer Medicina así que tuvo que irse a Zaragoza. Siempre se le han dado bien los exámenes tipo test. “Puede que esa sea una de las claves, iba muy seguro de mí mismo”. Como para no. Entre más de 13.000 personas, David ha obtenido la décima mejor nota.
A pesar de su brillante expediente con una nota media de sobresaliente en la carrera, este joven logroñés insiste en que “no era de los mejores” de la Facultad. “En Medicina todos estudiamos mucho, metemos muchas horas”, explica, “la diferencia la marca siempre la capacidad y, en gran medida, la actitud”. Para él, esa ha sido la clave para conseguir una décima posición en el MIR más exigente de los últimos tiempo. Además de la mayor afluencia de candidatos, la nota media de los diez primeros ha sido la más alta de los últimos cinco años.
David cuenta que “ha sido un año intenso de estudio” pero insiste en que ha tenido vida más allá de los libros. “Yo creo que los médicos que nos preparamos, tanto en la carrera como en el MIR, a veces no lo hacemos con la actitud adecuada”, reflexiona, “hay que tomarse tan en serio estudiar como descansar”.
En su caso, la rutina de estudio siempre dejaba algún hueco para los amigos, la familia o los planes de domingo con su novia, que también se ha presentado al MIR este año. “Yo de lunes a viernes estaba en Logroño, tenía mi plan de estudio y me organizaba, si quería quedar a tomar algo con un amigo, me levantaba antes y listo. Todos los sábados tenía academia en Zaragoza, con exámenes preparatorios que duraban cinco horas, y los domingos era el día de descanso. Mi novia y yo nos obligábamos a hacer planes, a no hablar del temario, a hacer siempre alguna actividad de ocio ese día”.
A ambos les ha ido bien. En mayo comenzarán su residencia en Zaragoza. “Ella es de Huesca y yo de Logroño así que nos quedaremos en Zaragoza, lo que no sé es si en el mismo hospital o no”. Lo que está claro es que David podrá elegir especialidad. “Quiero hacer dermatología”, cuenta, “mucha gente piensa que es sólo cosa de granos, pero la realidad es que muchas enfermedades se manifiestan a través de la piel y eso me resulta muy interesante. De todas formas, tendré que pensarlo con calma, quiero tener otras opciones. Lo que sí tengo claro es que lo mío son las especialidades médicas y no las quirúrgicas”.
Pero eso será en mayo. De momento toca descansar y disfrutar. “Desde que hicimos el examen hace un mes, no hemos parado, queremos hacer planes a todas horas, pasarlo bien hasta que empecemos”. En ese momento, el joven logroñés comenzará una etapa de cuatro años como Médico Interno Residente, “un contrato de cuatro años con el Estado” en el que trabajará y se formará en un centro hospitalario. Será, sin duda, un gran médico. La capacidad ya la ha demostrado y la actitud está claro que no le falta.
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