Verano con psoriasis
“La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a un órgano tan visible al exterior como es la piel, lo que provoca que muchos de los pacientes oculten la enfermedad a su entorno próximo. Esto, unido al desconocimiento generalizado que rodea a la enfermedad, produce un rechazo social hacia el enfermo y consecuentemente una pérdida de la autoestima en el propio paciente”, asegura Sandra Ros, Psicóloga del Servicio de Dermatología del Hospital Sant Pau.
En verano también cambia el estilo de vestir, con el uso de prendas más escotadas, vestidos cortos, ‘shorts’ y trajes de baño. La mayoría de las personas que padecen psoriasis tienen problemas para elegir la ropa. Según el estudio Reto 6391, avalado por la asociación de pacientes Acción Psoriasis y la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología) y realizado con la colaboración de Abbott, a un 63% de los pacientes la psoriasis les influye en la elección de la ropa, ya que el tejido de ésta debe ser seleccionado con detenimiento para evitar un mayor picor o escozor y, con ello, un empeoramiento de los signos de la enfermedad.
La ropa de verano deja al descubierto gran parte del cuerpo, aspecto que choca frontalmente con la vergüenza que siete de cada diez encuestados manifiestan tener al enseñar su cuerpo. Una proporción menor, un 36% de los encuestados por el reto 6391, reconoció que ha tenido que cancelar varias citas por el aspecto de su piel.
El color de la ropa también supone un quebradero de cabeza. Se tiende a evitar el negro y los colores oscuros. El motivo principal es que las escamas producidas por la enfermedad se notan más si la ropa es de tonalidad oscura.
La psoriasis es una enfermedad que no sólo afecta al físico de las personas, sino que tiene efectos en el ámbito emocional y afectivo, como demuestra el hecho de que el 53% de los encuestados reconociera que la psoriasis le ha afectado en la confianza en sí mismo y un 57% reconociera que la enfermedad ha tenido un impacto palpable en su autoestima.
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