Zelaya, bien acompañado

Brasil ha pedido al derrocado presidente de Honduras Manuel Zelaya que reduzca la cantidad de personas que permanecen dentro de su Embajada en Tegucigalpa, según señaló el canciller brasileño, Celso Amorim. El hijo de Zelaya ha abandonado el recinto diplomático en las últimas horas.

Zelaya se encuentra en la sede diplomática desde el pasado 21 de septiembre, cuando regresó en secreto a Honduras tras ser derrocado y expulsado del país tres meses antes.

Amorim dijo que la semana pasada había unas 300 personas junto a Zelaya en la Embajada brasileña en Tegucigalpa, que está rodeada por policías y soldados, y que este lunes quedaban en la sede diplomática cerca de 60 partidarios del mandatario.

“Continuamos exhortando al presidente Zelaya y a su esposa a que ese número sea reducido”, señaló el ministro ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, dio el domingo a Brasil un plazo de 10 días para que defina el estatus de Zelaya, concediéndole asilo o entregándolo a la justicia de su país. Por su parte, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó lo que llamó un “ultimátum” del Gobierno de facto, al que Brasil no reconoce, y dijo que Zelaya era un “huésped” de su país.

Respondiendo a preguntas de senadores, Amorim negó que Brasil hubiera tenido alguna participación en el regreso de Zelaya a Honduras. “Al principio, yo hablaba constantemente con el presidente Zelaya”, dijo el ministro, agregando que el mandatario derrocado “se entusiasmó” cuando Brasil suministró un avión para que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, viajara a Honduras.

Amorim agregó que Zelaya le pidió en una de sus conversaciones que Brasil le prestara un avión y se lo comunicó a Lula, quien “dijo no”.

Por otra parte, según informa Prensa Latina, un grupo de seis diputados brasileños viajará este miércoles a Honduras para verificar la situación en la Embajada de este país en Tegucigalpa y la de unos 500 brasileños que residen en este país.

Los diputados viajarán a El Salvador en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña y allí tomarán un vuelo comercial hasta Tegucigalpa, donde esperan reunirse con el presidente del Parlamento y algunos de sus colegas hondureños.