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El calor y la falta de sombra en Madrid a través de una cámara térmica: 65 grados en Callao o 63 en la Plaza Mayor

Imagen de la Plaza Mayor captada con una cámara térmica.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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El calor se siente, pero también se ve. Greenpeace registró ayer hasta 63,5º C en la Plaza Mayor; 54,8ºC en la Puerta del Sol o 65º C en Callao, datos con los que han lanzado un llamamiento a la “necesidad imperiosa” de reverdecer ciudades como Madrid. Lo más ilustrativo es que lo ha hecho a través de las imágenes captadas por cámaras termográficas.

Se trata, eso sí, de cifras sacadas del análisis sobre superficie. Las condiciones térmicas de los suelos arrojan habitualmente temperaturas mayores y no extrapolables a las que se registra a nivel ambiental.

La entidad ecologista busca dejar constancia y representar simbólicamente el calor extremo en Madrid para reclamar su adaptación “urgente”, dado que las olas de calor son “el evento meteorológico extremo más mortal en España, con 8.000 muertes atribuibles al calor extremo entre 2022 y 2023”. Madrid ha afrontado tres de estos fenómenos en solo 15 días.

En los alrededores del Museo del Prado se midió una temperatura cercana a los 45º C. A pocos metros, sin embargo, la cámara termográfica recogía temperaturas mucho más frescas, cercanas a los 27 ºC, debido a los árboles y fuentes del Paseo del Prado.

La mitigación viene de la mano de la cobertura vegetal, “que puede disminuir la temperatura hasta 12º C” según la organización en defensa del medioambiente. “Madrid y el resto de ciudades necesitan reverdecer para luchar contra el calor extremo”, han señalado en un comunicado.

Lo que está por venir en la plaza de Santa Ana

“La presencia de arbolado maduro es una de las mejores medidas contra contra el calor extremo”, recalcan desde Greenpeace, que también ha documentado el calor en la plaza Santa Ana. En este enclave, la venidera reforma de un parking impulsada por el Ayuntamiento de Madrid “amenaza el 85% de sus árboles”. Consideran esta intervención “un ejemplo de lo que no se debe hacer en materia de adaptación al cambio climático”.

La temperatura que midió Greenpeace ayer fue de más de 53º C en las zonas sin árboles, mientras que en la zonas con especímenes el registro era entre 15 y 20º C menor. Destacan especialmente la situación del parque infantil localizado en una zona sin árboles de la Plaza de Santa Ana: la temperatura “oscila entre los 67º C y los 85º C en el suelo, lo que constituye un peligro para los más pequeños”.

“Ante el aumento del número e intensidad de las olas de calor es imprescindible que los municipios pongan en marcha planes con todas las medidas necesarias para transformarse en municipios mejor adaptados al cambio climático, resilientes y justos”, demandan en Greenpeace.

Entre las medidas esenciales que destacan las evidencias científicas se encuentra renaturalizar las ciudades y políticas comprometidas y vinculantes de reducción de emisiones que pongan fin al uso de los combustibles fósiles causantes del cambio climático. Asimismo, ante los impactos que ya se están sufriendo y que se acentuarán en los próximos años valoran como “urgente” adaptar los municipios al calor para proteger la salud de las personas.

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