Ofrecido por: Sandro París
La selección del vestuario de una invitada debe tener en cuenta el contexto y no solo el estilo. El tipo de boda, ya sea civil, religiosa, de día, de noche, en la playa o en el campo, determina el tono del evento y, por tanto, cómo se debe vestir. Por ello, elegir bien te hará no solo lucir espectacular, sino también estar cómoda y de acorde con el tipo de evento. Para facilitar tu decisión, en este artículo abordaremos los diferentes estilos de vestidos de invitada boda según el tipo de celebración, con propuestas elegantes, frescas o modernas.
Boda civil: sencillez, pero sin descuidar la elegancia
A diferencia de las bodas religiosas, las bodas civiles tienden a ser más informales, lo que proporciona más libertad. Esto no significa que el vestido deba ser básico, todo lo contrario. Una buena sugerencia es un vestido tipo cóctel, fluido y con cortes limpios, confeccionado en crepé o seda. Utiliza suaves colores y estampados discretos. Si la ceremonia es de noche, ten cuidado con los excesos de brillos o escotes profundos.
Los accesorios deben ser de buen gusto, pero sutiles. Unas sandalias de tacón medio y unos pendientes llamativos pueden convertir un look sencillo en uno impactante.
Boda religiosa: sofisticación discreta
En una boda religiosa, es de esperar cierta sobriedad en los vestidos de los invitados. Vestidos largos con mangas o accesorios que cubren los hombros son opciones elegantes. Opta por tonos dorados sofisticados y clásicos como burdeos, azul marino, verde botella o tonos apagados. Y recuerda que en la iglesia la elegancia también pasa por el respeto al entorno. Así, evita transparencias, cortes excesivos, escotes pronunciados o telas transparentes. El protocolo marca la diferencia. Sin embargo, no significa que debas sacrificar tu estilo: trabaja con texturas, cortes originales y toques sutiles.
Boda de día: colores brillantes y divertidos
Para bodas de día, la opción ideal es optar por vestidos cortos o medios. Los tonos pastel, florales o colores claros funcionan de maravilla para esta ocasión. Las telas deben ser ligeras y fluidas como el lino y la gasa. Puedes añadir una diadema elegante o un sombrero de ala ancha para mayor formalidad y elevación al look.
En cuanto al maquillaje, debe ser natural y radiante. Las opciones de peinado incluyen una melena suelta y fluida adornada con suaves ondas o una trenza romántica, que puede complementar tu atuendo.
Boda de noche: glamour contenido
Las bodas de noche cada vez son más populares, sobre todo en los meses de verano. Esta clase de celebraciones permite más glamour, pero con equilibrio. Vestidos largos o medios con telas de satén, detalles de pedrería o lentejuelas y piedras son apropiados. El negro, rojo, azul marino o incluso dorado son colores recomendados, pero no deben ser exagerados. El reto es destacar sin robar la atención de la novia.
Para una boda nocturna más formal, puedes optar por un vestido largo sofisticado con la espalda descubierta o con plumas y aplicaciones metálicas. Combina todo esto con un maquillaje más pronunciado y accesorios llamativos que refuercen el look sin sobrecargarlo.
Boda en la playa: natural y relajada
Para una celebración en la playa, el primer consejo es que te olvides de tacones y vestidos muy pesados. Los diseños vaporosos y ligeros, con movimiento, y en tonos claros o en estampados tropicales son ideales. Un vestido largo o uno corto de algodón o lino serán tus mejores aliados. Añade sandalias planas o cuñas y complementos sencillos como unos pendientes dorados.
Y no está de más protegerte del sol con unas gafas de sol estilizadas o un sombrero de ala ancha. Aquí la naturalidad es la clave del éxito.
Boda en el campo: romanticismo campestre
Para una boda en el campo un buen consejo es recurrir a looks románticos y naturales. Los vestidos con encajes, volantes, flores bordadas o estampados bucólicos encajan a la perfección. Elige tonos hacia la tierra como malvas, rosas empolvados o verdes suaves. En cuanto al calzado, también hay opciones chic y cómodas como las cuñas o tacones anchos para caminar sobre césped o tierra.
Completa el look con unos pendientes vintage o una diadema floral, y apuesta por un peinado desenfrenado como un recogido bajo con mechones sueltos.
Conclusión: La boda es una celebración, no una competición
Elegir el vestido ideal para una invitación requiere entender el contexto y mantener tu personalidad. No hay que destacar por encima de todo y convertirte en la protagonista (ese rol le corresponde a la novia). Disfruta de la celebración con el estilo, la elegancia y la sofisticación apropiados.
Dada la gran variedad de opciones disponibles hoy en día, encontrar el look con el que te sientas cómoda y que refleje tu personalidad no debería ser complicado. Revisa la invitación, ten claro el lugar y la hora del evento (boda diurna o nocturna) y decide con cabeza y gusto.