El Corte Inglés quiere cerrar y vender su histórico centro de Arapiles

Los directivos de El Corte Inglés están decididos a cerrar el centro comercial de Arapiles, uno de los más antiguos de la compañía y que ocupa dos edificios en el madrileño distrito de Chamberí. La clausura y posterior puesta a la venta forma parte de un plan más amplio de la compañía, que afecta a otros 25 espacios de venta en toda España y que ha adelantado este miércoles El Confidencial.

La decisión se toma por parte de la nueva cúpula del Corte Inglés (Marta Álvarez Guil es la presidenta desde el años pasado) para equilibrar las cuentas de la compañía y desprenderse de los centros comerciales que generan pérdidas recurrentes, como es el caso de Arapiles, que en la última ebdita arrojó un balance negativo de 308.939 euros y actualmente ocupa la posición 73 de rentabilidad entre los 99 centros que posee la compañía, según documentos publicados por El Confidencial.

Actualmente El Corte Inglés de Arapiles se divide en dos edificios, uno ubicado en la propia calle Arapiles 10 y otro casi al lado, en Magallanes 3. En el primero cuenta con supermercado, secciones de Hogar, Juguetes, Moda, Papelería, Perfumería y Parafarmacia. En el segundo están ubicados sus departamentos de Electrodomésticos, Informática, Bricolaje y Decoración.

El de Arapiles es el tercer centro comercial más antiguo de Madrid, después de el de Callao y el de Preciados. Fue abierto el 3 de abril de 1964 por Galerías Preciados y funcionó durante 30 años hasta que la maltrecha economía de esta empresa a mediados de los noventa abocó a su cierre y venta a El Corte Inglés en 1995.

Su primera clausura vino precedida de una liquidación que tuvo tanto éxito que atascó todo su entorno debido a los coches que acudían a llenar sus maleteros con artículos a precios de saldo, como recogió El País en 1993.  “En mi vida había visto tanta gente junta aquí”, dijeron entonces los empleados mientras el gerente del local ya calificaba el centro de “un sitio pequeño y con pocas posibilidades de explotación comercial”. Un cuarto de siglo después, la historia se repite.